El Congreso de los Españoles asestó un duro golpe al acosado primer ministro, Pedro Sánchez, al rechazar la promesa estandarte de su gobierno de reducir la joranada laboral de 40 a 37.5 horas semanales.
Este revés se produce cuando el ejecutivo de izquierdas se encuentra bajo una intensa presión, tras una serie de investigaciones por corrupción que involucran al propio presidente y a sus aliados más cercanos.
Al carecer de mayoría absoluta, la coalición socialista de Sánchez ha tenido que depender del apoyo de diversos partidos regionales, incluído el independentista Junts per Catalunya, para aprobar leyes.
El proyecto de ley, propuesto por la ministra de Trabajo Yolanda Díaz del partido de ultrazquierda Sumar, fue rechazado por 178 votos contra 170, luego de que los nacionalistas catalanes votaran en contra.
Su derrota se produjo horas después de que la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, compareciera ante el tribunal para negar cualquier malversación de fondos públicos en una investigación que ha conmocionado al gobierno.
Dado que los funcionarios y la mayoría de los empleados de grandes empresas ya tienen una semana de 37.5 horas, la legislación hubiese aplicado principalmente al sector privado, especialmente en agricultura, retail y la industria restauradora.
Más de 12 millones de personas se hubieran beneficiado de la reducción, según el gobierno.
Los principales sindicatos, UGT y CCOO, habían apoyado el proyecto y convocado manifestaciones frente al congreso al momento de la votación, pero las patronales se mostraron firmemente en contra.
La administración de Sánchez ya había sufrido una dolorosa derrota a mediados de julio, cuando intentó aprobar un paquete de medidas para evitar que se repitieran los grandes apagones que afectaron a la península ibérica a finales de abril.