Christine Lagarde, presidenta del BCE
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El sistema financiero global experimenta una transformación sísmica a medida que las stablecoins y las CBDC (dinero digital) desafían décadas de dominio por parte de la banca tradicional y las redes de pago centralizadas.
En la vanguardia de este cambio se encuentran las stablecoins, activos digitales privados vinculados a valores estables como el dólar estadounidense o el euro, y las monedas digitales de bancos centrales (CBDC), dinero digital emitido por el Estado que podría redefinir el concepto del dólar digital y del euro digital.
Si bien se afirma que ambos persiguen la estabilidad y la confianza, representan filosofías contrapuestas: la innovación privada frente al control soberano. En una notable división transatlántica, Estados Unidos ha cerrado la puerta a una CBDC federal y al dólar digital, al tiempo que acelera la regulación de las stablecoins, mientras Europa avanza hacia el euro digital en un contexto de normas cripto más estrictas.
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Estas herramientas digitales transformarán la forma en que pagamos, gestionamos préstamos sin bancos (las llamadas DeFi) e, incluso, alterarán los equilibrios de poder global. Desglosémoslo de manera sencilla.
¿Qué son las stablecoins?
Las stablecoins son análogas a dólares digitales en el sentido de que su valor no fluctúa drásticamente. Están respaldadas por dinero real en cuentas bancarias, bonos gubernamentales u otros activos de fácil liquidación. Normas informáticas rigurosas ayudan a mantener estable su precio ajustando la oferta disponible en cada momento.
¿Por qué se prefieren las stablecoins en Europa?
Son idóneas para transferencias transfronterizas rápidas, para alimentar aplicaciones DeFi y para facilitar la transición de la banca tradicional a las criptomonedas. Un informe del Banco de Pagos Internacionales señala su popularidad debido a su fiabilidad. No obstante, existen riesgos latentes: respaldos opacos, ventas masivas repentinas (similares a un «pánico bancario» digital) o una dependencia excesiva de las empresas privadas que las gestionan.
¿Qué son las CBDC?
Las CBDC son monedas digitales de banco central; en esencia, efectivo digital emitido y garantizado plenamente por los Estados, como un billete en formato electrónico. Existen dos modalidades:
- CBDC minoristas: Para el uso cotidiano de ciudadanos y empresas, como sustituto del efectivo físico.
- CBDC mayoristas: Para que los bancos e instituciones financieras gestionen liquidaciones entre sí.
¿Sus ventajas? Pagos ultrarrápidos y económicos, mayor inclusión financiera y reducción de comisiones. ¿Los inconvenientes? Podrían vulnerar la privacidad, desestabilizar la banca comercial y permitir una vigilancia gubernamental del gasto. El yuan digital chino ya implementa esto a gran escala.
El drama estadounidense: Sin dólar digital, pero con stablecoins reguladas
La pugna entre stablecoins y CBDC se intensifica en EE. UU. Este año (2025), la administración Trump prohibió una CBDC nacional (un «dólar digital») por temor a que permitiese al gobierno rastrear y controlar las finanzas ciudadanas. Trump fue categórico: «No permitiremos que burócratas controlen vuestro dinero».
En su lugar, los legisladores impulsaron la Ley GENIUS para regular las stablecoins. Esta exige un respaldo 1:1 con dólares reales, auditorías periódicas, transparencia informativa y una supervisión compartida entre autoridades federales y estatales. El objetivo: preservar el dominio global del dólar mediante la innovación privada, sin la competencia de una versión estatal.
Permanecen, no obstante, ciertos escollos: las stablecoins podrían drenar liquidez de los bancos, y las grandes tecnológicas compiten por construir el «componente digital» del dólar.
El impulso de la UE: Euro digital y normativa cripto rigurosa
Europa transita por una senda diferente. El Banco Central Europeo (BCE) prepara el lanzamiento del euro digital para finales de esta década. Sería una opción segura, garantizada por el BCE, que conviviría con el efectivo, priorizando la privacidad, la accesibilidad y la colaboración con la banca y startups tecnológicas para asegurar su estabilidad. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, lo define como «un bien público: innovador y fiable».
Sin embargo, existe un recelo considerable en la ciudadanía: se teme a la vigilancia y no se perciben beneficios tangibles. Además, requiere el acuerdo unánime de los 20 países del euro. Para regular el ámbito cripto en general, la UE implementó el reglamento MiCA en 2024, cuyos efectos se harán notar en 2025. Este limita el volumen de las stablecoins, exige auditorías y consolida el liderazgo normativo de la UE, a diferencia del enfoque fragmentado de EE. UU.
Visión global: Una síntesis entre mercados libres y redes de seguridad
Esta divergencia transatlántica augura un futuro en el que las stablecoins agilizan las transacciones y las CBDC cimientan la confianza. Ambas pretenden preservar la estabilidad monetaria y la soberanía nacional ante la disrupción tecnológica. Los expertos lo resumen así: «América apuesta por los mercados; Europa construye muros. Juntas, están reinventando el significado del dinero».
¿Qué depara el futuro al dinero digital?
El dinero digital se está volviendo más inteligente (programable para pagos automáticos) y es objeto de una feroz competencia. Tanto el dólar como el euro se adaptarán, por lo que será necesario familiarizarse con este ecosistema de stablecoins frente a CBDC.
El dinero digital llega irreversiblemente. Figuras clave han dejado claro que será el futuro, nos guste o no.
