Un miembro de la Guardia Nacional de México disparó y mató a tres compañeros en un cuartel durante el fin de semana en el estado occidental de Michoacán, donde el gobierno ha desplegado más fuerzas de seguridad tras recientes asesinatos de alto perfil.
Un funcionario federal confirmó el tiroteo el lunes a The Associated Press, pidiendo anonimato porque no estaba autorizado para hablar públicamente. Dijo que el tiroteo, que dejó un cuarto miembro herido, está bajo investigación.
El sospechoso está bajo custodia en Michoacán.
El tiroteo ocurrió el sábado, horas después de que un coche bomba explotara en Coahuayana, Michoacán, matando a cinco personas frente a una estación de policía local. Según Héctor Zepeda, comandante de la policía comunitaria, la explosión fue tan potente que restos humanos quedaron esparcidos por la zona.
La presidenta Claudia Sheinbaum declinó dar más detalles el lunes.
La explosión y el tiroteo ocurrieron mientras el gobierno federal incrementaba las operaciones de seguridad en el estado, enviando tropas adicionales tras dos recientes asesinatos de gran impacto.
El mes pasado, Sheinbaum envió 2,000 soldados adicionales a Michoacán —sumados a los 4,300 permanentes y 4,000 en estados vecinos— tras los asesinatos de un representante de los productores de lima y de un popular alcalde que se enfrentaba a los cárteles. El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, provocó dos días de protestas lideradas por jóvenes en noviembre, donde se incendiaron edificios públicos y hubo enfrentamientos con la policía, resultando en más de 100 heridos.
Guardias Nacionales custodian mientras agentes del ministerio público de Michoacán detienen a un sospechoso del asesinato del alcalde Carlos Manzo Rodríguez en Uruapan, México, viernes 21 de noviembre de 2025.
Eduardo Verdugo / AP
Al menos tres de los seis cárteles que la administración Trump designó como organizaciones terroristas — Jalisco Nueva Generación, Cárteles Unidos y La Nueva Familia Michoacana — operan en Michoacán, además de varios grupos armados locales escindidos, algunos apoyados por el Cártel de Sinaloa.
Durante dos décadas, varios grupos criminales han peleado por el control del territorio porque Michoacán es una puerta de entrada para precursores químicos usados en la fabricación de drogas sintéticas.
Agence France-Presse contribuyó a este reporte.