Desarrollo Inmobiliario en Orihuela Costa Reduce Cauce Natural e Incrementa el Riesgo de Inundaciones

El nuevo complejo urbanístico reduce de manera drástica la capcidad de drenaje de uno de los cauces más vulnerables de la Orihuela Costa.

El proyecto de Playa Flamenca ocupa 11.000 m² cerca de la Cañada de la Mosca, a pesar de las advertencias de la UE sobre riesgo de inundaciones.

Una nueva urbanización turística en Playa Flamenca ha ocupado más de 11.000 metros cuadrados en el valle natural de las ramblas de Cañada de la Mosca y Toro, mermando significativamente la capacidad de evacuación de aguas de uno de los sistemas hidrológicos más frágiles del litoral oriolano.

Aunque la promoción cuenta con todos los permisos municipales y autonómicos, linda de manera tangencial con las zonas de riesgo geomorfológico establecidas en 2015 por el Plan de Acción Territorial contra el Riesgo de Inundación (Patricova). Los planos, basados en el obsoleto Plan General de Ordenación Urbana de 1990, han permitido que las obras avancen a pesar de la creciente evidencia de vulnerabilidad climática en la costa mediterránea.

Un Embudo para las Avenidas
Urbanistas y expertos ambientales advierten que, al elevar la cota del terreno con rellenos masivos de tierra y estrechar el valle natural, el desarrollo crea un peligroso efecto embudo. Si bien es improbable que las viviendas se inunden, el agua que antes se dispersaba por una rambla ancha ahora se verá forzada hacia tramos más angostos aguas abajo, incrementando el riesgo de riadas súbitas en Playa Flamenca y en la playa de La Mosca.

Dicha playa ya ha mostrado signos de fragilidad: el pasado mes de julio, tras una precipitación de apenas 40 litros por metro cuadrado, las aguas torrenciales dañaron los aseos y las casetas de socorristas, lo que obligó a su cierre durante dos días.

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De Rambla Natural a Terraplenes de Hormigón
Para dar cabida a los dos bloques residenciales, las promotoras construyeron un talud artificial de varios metros de altura para allanar el terreno con la calle, acordonando efectivamente parte de la rambla. También se ha erigido una gran barrera acústica junto a la N-332, aunque ya ha sido vandalizada, lo que deja a los residentes frente a un muro de hormigón en lugar del paisaje natural.

La rambla en cuestión discurre poco más de dos kilómetros hasta el mar, pero décadas de desarrollo desplanificado ya habían erosionado su función natural. En los años 90, promociones inmobiliarias cerca de Los Dolses consumieron amplios tramos del valle. Ahora, con este nuevo proyecto, otro tramo más del litoral de Orihuela pierde su drenaje natural y su amortiguamiento ecológico.

Patrón Recurrente de Desatención Ambiental
No se trata de un caso aislado. En La Cuerda, otro proyecto residencial ha rellenado las laderas de la rambla de Cañada de la Posposa, desestabilizando su desembocadura en Cala Bosque (playa de La Zenia). A lo largo de toda la Orihuela Costa, prácticas similares —ocupando laderas de ramblas sin invadir oficialmente el dominio público— han estrechado repetidamente los cauces naturales.

Las consecuencias son ya visibles en cauces colmatados, daños recurrentes por tormentas y desbordamientos crónicos de estaciones de bombeo incapaces de absorber la demanda estival.

A pesar de los problemas reiterados, ninguna de las ramblas de la Orihuela Costa —desde el Río Nacimiento en Campoamor hasta la Cañada Hermosa— ha sido debidamente delimitada por la Confederación Hidrográfica del Segura. Esta ausencia de protección clara ha permitido la construcción de miles de viviendas en zonas sensibles, socavando tanto la seguridad pública como la resiliencia ambiental.

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Beneficios a Corto Plazo, Riesgos a Largo Plazo
Mientras el Ayuntamiento de Orihuela insiste en que el proyecto de Playa Flamenca es legal y cumple con la normativa, los críticos arguyen que depender de instrumentos de planificación anticuados e ignorar las advertencias de riesgo de inundación es temerario ante el cambio climático.

Cada nueva urbanización puede reportar ganacias económicas inmediatas, pero de manera acumulativa erosionan las defensas naturales, convirtiendo las ramblas en puntos de estrangulamiento urbanizados que ya no pueden absorber o canalizar las aguas pluviales.

Para el litoral de Orihuela —ya plagado de vertidos de aguas residuales, cierres de playas y daños por tormentas— el último proyecto no es sino un paso más en la priorización del hormigón frente a la resiliencia climática.