Durante los últimos cinco días, las calles de Fuengirola han estado llenas de gente haciendo cola para probar los diferentes sabores del mundo.
Algunos miembros del equipo de Olive Press fueron a visitar la 29ª edición de la Feria Internacional de los países el sábado.
Podías oler el festival antes de verlo. Siguiendo el ol olor a carne a la parrilla te llevaba al puesto de Argentina donde al menos 10 costillas de vaca estaban siendo asadas al aire libre. Definitivamente no era un lugar para veganos.
Las colas para degustar la carne al estilo argentino eran extra largas durante todo el día.
El puesto italiano mostraba lo que parecían ser 1000 rebanadas de pizza con aceitunas. Había calderos burbujeantes de paella roja y esponjosos dumplings polacos en oferta.
Las multitudes reflejaban la variedad de puestos internacionales, con diferentes idiomas charlando a tu alrededor. Los clientes felices llevaban cócteles en piñas talladas y platos cargados con tapas españolas, empanadas y delicias turcas. El puesto británico vendía fish and chips con pequeños recipientes de vinagre para rociar, seguido de altos vasos de dulce Pims.
Celebrado en el recinto ferial de Fuengirola, cada edificio en el lugar estaba decorado con los colores y banderas de cada país, con música tradicional como banda sonora para aquellos que comían y bebían en el interior.
El pasante Dylan, que había viajado unos 1000 kilómetros para pasar dos meses aprendiendo sobre periodismo español con el equipo de Olive Press, se reencontró felizmente con su tierra en forma de la cerveza belga que se ofrecía en el puesto de su país. Otro pasante, Tom, aprendió felizmente sobre las famosas cervezas belgas mientras bailaba al ritmo de los beats de baile electrónico de Estados Unidos.
Celebrado en el recinto ferial de Fuengirola, cada edificio en el lugar estaba decorado con los colores y banderas de cada país, con música tradicional como banda sonora para aquellos que comían y bebían en el interior. Podías echar un vistazo y ver a mujeres vestidas con dirndl siendo giradas por piernas en lederhosen. Había cantantes y músicos de mariachi que controlaban a los bailarines con cada rasgueo de sus guitarras. Un trío, todos con rastas, hacía ritmos para mecer a la multitud en el edificio de Jamaica.
La mayoría de los países de América Latina estaban representados felizmente, reflejando la gran población de latinos que ahora llaman hogar a España. Un país geográficamente ubicado casi en frente de España, vendía brochetas de cocodrilo y canguro al estilo australiano.
De manera llamativa, ausentes del festival de comida internacional eran los puestos de Asia. El llamado puesto de comida de Hawái estaba vendiendo poke bowls (de origen japonés) y Pad Thai (plato tradicional famoso de Tailandia), a pesar de que había varios miles de kilómetros de océanos entre la isla del Pacífico y los países asiáticos que supuestamente representaba.
Los naan mantecosos y los curry cremosos del puesto de India, presentes en el festival del año pasado, fueron tristemente extrañados.
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