Declaración del G20 en Sudáfrica se Aprueba Pese al Boicot y Oposición de EE. UU.

Los líderes mundiales del G20, el grupo de economías ricas y en desarrollo, rompieron con la tradición y adoptaron una declaración al comienzo de su cumbre en Sudáfrica este sábado. Esto pasó a pesar de la oposición de Estados Unidos, que está boicoteando las conversaciones de dos días debido a una ruptura diplomática con el país anfitrión.

Vincent Magwenya, el portavoz del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, dijo que la declaración fue adoptada unánimemente por los otros miembros al inicio de las conversaciones en Johannesburgo. Normalmente, las declaraciones se adoptan al final de las cumbres del G20.

La declaración, de 122 puntos, pidió más acción global en temas que afectan especialmente a los países pobres, como los desastres relacionados con el clima y los niveles de deuda soberana. El país anfitrión la promocionó como una victoria por ser la primera cumbre del G20 en África.

La cumbre ha estado marcada por el boicot estadounidense ordenado por el presidente Trump, y Sudáfrica dijo que EE.UU. había ejercido presión para que no se adoptara una declaración en ausencia de su delegación.

El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa habla en la sesión de apertura de la cumbre de líderes del G20 en Johannesburgo, Sudáfrica, el sábado 22 de noviembre de 2025.

Misper Apawu / AP

La cumbre de Sudáfrica tiene una agenda ambiciosa para avanzar en la solución de problemas que han afectado al mundo en desarrollo. Los líderes se reunieron en un centro de exposiciones cerca de Soweto, que fue el hogar de Nelson Mandela.

Muchas de las prioridades de Sudáfrica, especialmente el enfoque en el cambio climático y la desigualdad global, encontraron resistencia de EE.UU. Pero al abrir la cumbre, Ramaphosa dijo que “ha emergido un consenso”.

Luego, en comentos que aparentemente se transmitieron por error cuando se suponía que empezaban las discusiones privadas, se pudo escuchar a Ramaphosa decir que los líderes pasarían “a adoptar nuestra declaración ahora”.

El ministro de relaciones exteriores de Sudáfrica se acercó y le susurró al oído a Ramaphosa, y el líder sudafricano dijo: “OK. Me dicen que las cámaras todavía están encendidas. Deberían estar apagadas”.

Aunque el portavoz de Ramaphosa dijo que la declaración fue unánime, Argentina dijo que no la apoyaba. El presidente argentino Javier Milei tampoco asistió a la cumbre en solidaridad con su aliado el Sr. Trump.

Una agenda ambiciosa

Sudáfrica, que establece la agenda como presidente rotatorio del G20, quiere que los líderes acuerden más ayuda para que los países pobres se recuperen de desastres climáticos, reduzcan su deuda externa, transiten a energías verdes y aprovechen sus propios recursos minerales críticos. Todo esto para contrarrestar la creciente desigualdad global.

“Ya veremos”, dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres, sobre si el G20 podría priorizar a los países en desarrollo y hacer reformas significativas. “Pero creo que Sudáfrica ha hecho su parte al poner esas cosas claramente sobre la mesa”.

La cumbre se realiza sin la economía más grande del mundo después de que el Sr. Trump la boicoteara por sus afirmaciones de que Sudáfrica persigue políticas racistas anti-blancos. La administración Trump también dejó clara su oposición a la agenda del G20 de Sudáfrica centrada en el cambio climático y la desigualdad.

Superando el boicot estadounidense

La ruptura diplomática de meses entre EE.UU. y Sudáfrica se profundizó antes de la cumbre. Aunque el boicot de Trump amenazó con afectar la agenda, algunos líderes estaban ansiosos por seguir adelante.

“Lo lamento”, dijo el presidente francés Emmanuel Macron sobre la ausencia de Trump, “pero no debería bloquearnos. Nuestro deber es estar presentes, comprometernos y trabajar juntos porque tenemos muchos desafíos”.

El G20 es en realidad un grupo de 21 miembros: 19 naciones, la Unión Europea y la Unión Africana.

El bloque se formó en 1999 como un puente entre naciones ricas y pobres para enfrentar crisis financieras globales. Aunque a menudo opera a la sombra del G7, los miembros del G20 representan juntos alrededor del 85% de la economía mundial, el 75% del comercio internacional y más de la mitad de la población global.

Pero funciona por consenso en lugar de resoluciones vinculantes, y eso a menudo es difícil de lograr con los diferentes intereses de miembros como EE.UU., Rusia, China, India, Japón, las naciones de Europa Occidental y otros como Indonesia, Arabia Saudita y Sudáfrica.

Las cumbres del G20 tradicionalmente terminan con una declaración de los líderes que detalla los acuerdos generales. Sudáfrica dijo que EE.UU. ejerció presión para suavizar el documento final a una declaración unilateral del país anfitrión.

Ramaphosa respondió a eso esta semana diciendo: “no nos dejaremos intimidar”.

Aún así, la dirección del bloque G20 probablemente cambiará drasticamente dado que EE.UU. asume la presidencia rotatoria después de esta cumbre.

La Casa Blanca dijo que el único papel que EE.UU. tendrá en esta cumbre será cuando un representante de su embajada en Sudáfrica asista a la ceremonia de traspaso formal.

Sudáfrica dijo que es un insulto que Ramaphosa tenga que entregar el cargo a un funcionario diplomático de menor rango.

“Hemos comunicado al gobierno americano que el presidente no hará la entrega a un funcionario junior de la embajada”, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Sudáfrica, Chrispin Phiri, a The Associated Press, añadiendo que no esperaba que hubiera una ceremonia de traspaso el domingo.

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