Minneapolis ahora tiene una voz única en el mundo del diseño: Daedalus Guoning Li, el becario de diseño Mildred S. Friedman 2025-26 del Walker Art Center. Li, diseñador gráfico, artista y diseñador de exposiciones, trabaja en la intersección de imagen, lenguaje, material y espacio, aportando un enfoque reflexivo y lleno de emoción a su trabajo. Con una sólida formación académica—un MFA en Diseño Gráfico de la Yale School of Art y un doble título en Arquitectura y Bellas Artes de RISD—, su obra desafía las nociones convencionales del diseño, priorizando la experiencia sensorial, la conciencia espacial y la expresión poética.
La trayectoria de Li ha sido marcada por su paso por estudios de renombre como Pentagram, donde contribuyó a la experiencia inmersiva del legado de Rolling Stone para Illuminarium Las Vegas, y Isometric Studio en Nueva York. Allí, trabajó en proyectos culturales importantes, como Contemporary Muslim Fashions en el Cooper Hewitt, Smithsonian Design Museum, re: collections en el Rose Art Museum y el proyecto Company, reconocido por AIGA. Combinando sensibilidad arquitectónica con precisión tipográfica, creó identidades espaciales basadas en narrativas centradas en la equidad. Este portafolio diverso muestra su habilidad para fusionar visión artística con aplicación práctica, generando soluciones de diseño impactantes y llenas de significado.
En el Walker Art Center, Li explorará su filosofía de diseño única. ¿En qué consiste? Según sus palabras, se trata del “mal uso y apropiación del lenguaje, material, imagen y cuerpo a través del diseño.” Su trabajo investigativo explora matices de identidades culturales chinas en contextos extranjeros, usando técnicas y materiales para analizar connotaciones y profundidad de la superficie.
“Creo obras que perduran—menos impacto instantáneo, más algo que persiste o resuena bajo la superficie,” explica Li. “Mi filosofía se centra en momentos límite: el borde de la legibilidad, el rastro del tacto, el parpadeo entre forma y emoción. Busco que el diseño sea preciso y poético—con estructura, pero abierto a ambigüedades.” Este compromiso con los matices se refleja en cada proyecto.
Un aspecto clave es la “profundidad conceptual,” lograda mediante comprensión del tema y colaboración. “Al trabajar con artistas, el proceso es más relacional,” dice Li. “Paso tiempo en su taller, observo su proceso y pregunto cómo piensan, crean y sienten. Así, diseño piezas que amplían su obra, no solo la decoran.”
Un ejemplo es su diseño para la exposición Jealousy de Paloma Izquierdo. Usando Hershey, una tipografía de la era digital temprana, personalizada para añadir textura, Li reflejó el proceso artístico de Izquierdo, creando un eco conceptual de su arte. Este enfoque demuestra cómo su diseño trasciende lo estético, integrándose a la expresión artística.
La filosofía de Li valora el peso emocional de los materiales. “El diseño no es solo visual—se experimenta,” afirma. Textura, escala y contexto aportan carga emocional. “El acrílico grabado puede ser un susurro o cicatriz; una pared, fría o cálida según su superficie. Incluso lo digital tiene atmósfera: el ritmo o contraste de un sitio web puede sentirse íntimo o ajeno,” explica.
Materiales como el papel de morera chino o el engrudo—usados en caligrafía y rituales—son recurrentes en su obra. Al usarlos de formas no convencionales, Li explora su “mal comportamiento” y su peso cultural. “El engrudo, para mí, encarna la queer chino: informe, traslúcido, resbaladizo,” comparte. “Pero al laminarlo en otra superficie, toma nueva forma. Ahí veo intimidad, herencia, transformación.”
Este enfoque transdisciplinario se ve en su identidad para Groundwater Earth en Yale, inspirada en diagramas de perforación y mecanismos de pozos. El sistema visual resonó con los temas de la exposición, recibiendo elogios de medios como The Architect’s Newspaper y viajando a la Bienal de Venecia 2025.
Su filosofía es consistente en todos los formatos, desde libros analógicos hasta sitios web. “Me interesa revelar lo que yace bajo la superficie: ecos culturales, huellas históricas,” dice. Usa papeles traslúcidos y secuencias encuadernadas a mano, o espacios digitales donde imágenes se acumulan y superponen, imitando lo semi-visible.
Al final, Li busca crear obras que inviten a una “pausa”—no como inacción, sino como espacio donde se acumulan sensaciones. Frente al estímulo digital constante, quiere momentos de quietud que permitan conexión profunda. “Diseño para esos intervalos—una suspensión, una mirada que se demora,” dice. “Esa pausa puede surgir de una textura inesperada, un desvanecimiento lento o un error tipográfico.”
Para Li, la “pausa” es un acto de cuidado, un espacio donde lo frágil o marginal puede aparecer. En el Walker Art Center, su presencia promete ser una exploración emocionante, contribuyendo al diseño contemporáneo con profundidad y resonancia.
