Las autoridades informaron que un ataque con misiles rusos en la ciudad ucraniana de Dnipró, al este del país, ha dejado cuatro muertos y cuarenta heridos.
Según informes no confirmados, en el ataque, ocurrido el lunes por la mañana, se utilizó un misil balístico.
En videos compartidos en línea se observa una gran explosión junto a una autopista. Medios locales reportaron que un edificio de oficinas, varios automóviles y comercios resultaron impactados o gravemente dañados.
Dnipró, ubicada a unos 100 km de la línea del frente, ha sido objetivo frecuente de ataques rusos desde el inicio de la invasión a gran escala de Moscú en febrero del 2022.
Este ataque se produce un día antes de que el enviado especial estadounidense, Steve Witkoff, se reúna en Moscú con el presidente Vladímir Putin para conversaciones dirigidas a poner fin a la guerra. Witkoff ya se ha reunido con el mandatario ruso varias veces este año, pero nunca ha viajado a Kyiv.
El domingo, una delegación ucraniana se reunió en Florida con Witkoff, el secretario de Estado Marco Rubio y el yerno de Donald Trump, Jared Kushner.
Zelensky dijo el lunes que las charlas fueron “muy constructivas”, aunque aún quedan “temas difíciles” por resolver. Esto reflejó los comentarios de Rubio, quien calificó el encuentro como “productivo” pero señaló que “queda trabajo por hacer”.
La reunión en Florida es el paso más reciente en semanas de intensa “diplomacia de lanzadera”, donde delegaciones ucranianas y rusas se han reunido por separado con funcionarios estadounidenses para discutir un plan de paz.
Sin embargo, persisten diferencias sustanciales entre las posiciones de Moscú y Kyiv.
Rusia se niega a ceder en su demanda principal: que Ucrania se retire de las zonas de la región del Donbás que todavía controla. Kyiv mantiene que nunca lo hará.
“Si no se retiran, lo lograremos por la fuerza de las armas”, declaró Putin. En respuesta, Zelensky afirmó que Rusia “desprecia” los esfuerzos para “poner fin de verdad a la guerra”.
Las cuestiones sobre la futura seguridad de Ucrania también son fuente de desacuerdo. Kyiv y sus socios europeos quieren que al país se le otorguen garantías de seguridad, como la membresía en la OTAN, para protegerlo de futuros ataques.
Pero Rusia se opone enérgicamente a esto, y Donald Trump también ha descartado permitir el ingreso de Ucrania en la alianza militar.
Mientras tanto, Volodímir Zelensky ha llegado a París para recabar el apoyo del presidente francés, Emmanuel Macron, y partirá hacia Irlanda el martes.
En semanas recientes, ha crecido la preocupación en Kyiv y entre los europeos de que Estados Unidos se está volviendo más receptivo a las exigencias rusas que a las ucranianas, y de que Europa está siendo excluida de la mesa de negociaciones.
Zelensky también se ha visto debilitado políticamente en su país por un escándalo de corrupción. Su jefe de gabinete, Andriy Yermak, quien también lideraba la delegación ucraniana en las conversaciones de paz, renunció el viernes después de que investigadores anticorrupción allanaran su vivienda, aunque no se le han imputado cargos. Además, dos ministros de su gabinete han sido destituidos.
El domingo, Trump comentó a periodistas en el Air Force One que Ucrania tenía “algunos problemitas difíciles”, refiriéndose al escándalo, y repitió su opinión de que tanto Rusia como Ucrania desean terminar la guerra.
Decenas de miles de soldados han muerto o resultado heridos, así como miles de civiles. Además, al menos siete millones de personas se han convertido en refugiados desde que Rusia invadió el 24 de febrero de 2022.
El conflicto entre estos dos ex estados soviéticos se remonta al 2014, cuando fue derrocado el presidente prorruso de Ucrania y Rusia respondió anexando Crimea y apoyando levantamientos armados en el este del país.
