Cuatro millones de desplazados en el Sahel: alerta de la ONU

Aproximadamente cuatro millones de personas se encuentran actualmente desplazadas en la región africana del Sahel, según han declarado las Naciones Unidas, mientras que la violencia y la inseguridad obligan a un número creciente de individuos a abandonar sus hogares.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) solicitó el viernes un mayor apoyo internacional, argumentando que los países afectados no pueden hacer frente a la situación por sí solos.

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“Unos cuatro millones de personas están actualmente desplazadas en Burkina Faso, Malí, Níger y naciones vecinas –cerca de dos tercios más que hace cinco años–, lo cual refleja la inseguridad, el acceso limitado a servicios y medios de subsistencia, y los efectos del cambio climático”, afirmó Abdouraouf Gnon-Konde, director regional de ACNUR para África Occidental y Central.

No te olvides del Sahel.

Más de 4 millones de personas se hallan ahora desplazadas en Burkina Faso, Malí, Níger y países colindantes.

Esto representa 2/3 más que hace cinco años. pic.twitter.com/TO9u952dSG

— ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados (@Refugees) 10 de octubre de 2025

Si bien el 75 por ciento de los desplazados permanecen dentro de sus propios países, los movimientos transfronterizos van en aumento, ejerciendo presión sobre comunidades de acogida con “escasos recursos” disponibles, declaró a periodistas en Ginebra.

Mujeres y niños constituyen el 80 por ciento de las personas desplazadas por la fuerza en el Sahel, señaló Gnon-Konde, añadiendo que el número de afectados por la violencia generalizada de género había “aumentado significativamente” este año.

“La inseguridad regional está exponiendo a la población a la violencia, el desplazamiento forzoso, las restricciones de movimiento y la detención arbitraria”, aseveró.

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Burkina Faso, Malí y Níger han sido afectados por la violencia de grupos armados vinculados a Al Qaeda o al Estado Islámico (ISIS) por más de una década.

Estas tres naciones –todas bajo administraciones militares– abandonaron la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) a principios de año, acusando al bloque regional de no actuar contra los grupos armados.

Han formado su propia Alianza de Estados del Sahel (AES), distanciándose de la antigua metrópoli colonial, Francia, y acercándose a Rusia.

Human Rights Watch y otros grupos defensores de derechos humanos han denunciado a combatientes, ejércitos y fuerzas aliadas de Burkina Faso y Malí por posibles atrocidades.

Mientras tanto, Gnon-Konde indicó que la inseguridad alimentaria impulsa a más personas a huir, al tiempo que las crisis climáticas intensifican la competencia por recursos escasos como el agua, exacerbando tensiones comunitarias.

Para mediados de 2025, casi 15,000 escuelas habían cerrado en la región, junto con más de 900 centros de salud.

ACNUR requiere 409.7 millones de dólares para cubrir las necesidades humanitarias en el Sahel, pero solo ha recibido el 32 por ciento del total, informó Gnon-Konde.

La falta de fondos ha “impactado drásticamente” actividades como el registro y documentación de refugiados, y la provisión de educación, salud y alojamiento, agregó.

Más de 212,000 refugiados y solicitantes de asilo en Burkina Faso, Malí y Níger carecen de registro, lo que restringe su acceso a servicios y aumenta el riesgo de detención arbitraria, afirmó.

“ACNUR exhorta a un compromiso internacional renovado y fortalecido para abordar la crisis”, declaró Gnon-Konde. “Los países de la región no pueden enfrentar estos desafíos en solitario”.