Joe Rogan recientemente se sentó con la Dra. Suzanne Humphries, coautora de “Disolviendo Ilusiones: Enfermedades, Vacunas y la Historia Olvidada,” uno de mis libros favoritos sobre vacunas.1 Anteriormente entrevisté a Humphries sobre cómo la ciencia de las vacunas ha sido tergiversada para retratarlas como seguras y efectivas, cuando en realidad no lo son.
¡Absolutamente arrasó en esta entrevista con Rogan! Sinceramente, no creo que nadie en la historia haya presentado un caso tan claro, convincente y absolutamente convincente sobre los aspectos negativos de las vacunas. Después de décadas de trabajo duro, su arduo trabajo finalmente está recibiendo el reconocimiento que merece, y estoy más que emocionado de haber escrito el prólogo para su fantástico libro.
Rogan también hizo preguntas a Humphries sobre la historia, la ciencia y el impacto real de las vacunas, y ella no se contuvo en sus respuestas. Su conversación desafía las narrativas convencionales sobre las vacunas, explora la eficacia de los remedios naturales y descubre una historia importante de la medicina que a menudo se pasa por alto.
La importancia de una mente abierta
Rogan abre el episodio enfatizando un principio clave: evitar el dogma. “No puedes ser dogmático cuando se habla de vacunas, o de cualquier cosa”, dice, abogando por una perspectiva flexible de 360 grados en lugar de la visión de túnel a menudo fomentada por la indoctrinación. Humphries está de acuerdo, señalando que la indoctrinación intencional y lucrativa ha dado forma a la percepción pública de las prácticas médicas.
– Las prácticas beneficiosas a menudo son injustamente desestimadas: Rogan elogia “Disolviendo Ilusiones” por resaltar el uso de remedios naturales como la canela, que a menudo se desacreditan como “tonterías hippies”. Humphries explica que la canela, una hierba poderosa, contiene vitamina C significativa, un nutriente que, según ella, sustentaba la efectividad de muchos remedios tradicionales.
Recuerda haber desestimado tales ideas al principio de su carrera, solo para reconocer más tarde su valor. El ajo, también, surge como destacado, efectivo contra infecciones por estafilococos sin fomentar la resistencia a los medicamentos, en marcado contraste con los productos farmacéuticos creados.
– Este cambio de perspectiva, de escepticismo a aprecio, refleja un tema más amplio: el establecimiento médico convencional tiende a rechazar soluciones naturales a favor de intervenciones estandarizadas y rentables. Humphries argumenta que los médicos deberían recomendar estos remedios junto con los tratamientos convencionales, citando, por ejemplo, la vitamina D y la vitamina A como herramientas importantes pero subutilizadas.
Vacunas y vitamina A – Una conexión oculta
La conversación gira hacia una revelación impactante sobre la vacuna del sarampión. Humphries explica que tanto la infección natural del sarampión como la vacuna agotan los niveles de vitamina A en el cuerpo. “No te lo dicen”, dice, señalando que el consejo posterior a la vacunación a menudo solo recomienda Tylenol, lo que, según ella, afecta la respuesta inmunitaria y causa “trastornos inmunológicos”.
– El sistema médico prioriza procedimientos estandarizados sobre cuidado holístico: esta depleción de vitamina A, argumenta Humphries, debería llevar a recomendar la suplementación de vitamina A junto con la vacuna del sarampión, pero este consejo está ausente en los protocolos estándar. Este punto subraya una crítica recurrente al sistema médico que se centra en el cuidado de la enfermedad en lugar del cuidado de la salud.
