Este artículo pertenece a la serie de pódcast Historias de Xi Jinping y aborda la gobernanza global y el concepto de un "futuro compartido para la humanidad".
Como podcaster, trabajo en programas de diversos temas: algunos analíticos, otros históricos y algunos simplemente entretenidos. Pero este me impactó de manera distinta.
Cuando planeamos el episodio sobre seguridad, no anticipé que resultaría tan personal. Sin embargo, cuanto más profundizaba en el material, más evidente se volvía que la "seguridad" hoy dista de ser un concepto abstracto. Se manifiesta en la vida cotidiana, frecuentemente de manera discreta e inesperada.
Durante la preparación, reflexioné constantemente sobre cuánto ha evolucionado el significado de la seguridad. Ya no se limita a fronteras o al poderío militar. En la actualidad, está ligada a si los conflictos pueden desactivarse antes de estallar, a si las personas se sienten suficientemente seguras para reconstruir sus vidas y a si los países pueden cooperar cuando la confianza es frágil.
En el Foro de Boao para Asia de 2022, el Presidente chino Xi Jinping describió la seguridad como el prerrequisito del desarrollo y abogó por una visión común, integral, cooperativa y sostenible. Al escuchar eso, me surgió una pregunta práctica: ¿cómo se materializa esta idea cuando sale de la sala de conferencias y se enfrenta al mundo real?
Cuando el diálogo sustituye a la confrontación
Los países difieren en historia, sistemas políticos e intereses. Esa realidad persiste. La cuestión reside en cómo se gestionan esas diferencias. Un enfoque es la coerción. Otro, la mediación.
El enfoque de China en materia de seguridad hace hincapié en el diálogo, el respeto a la soberanía y la no injerencia, especialmente en regiones donde intervenciones externas a menudo han empeorado las cosas.
Oriente Medio es una de esas regiones. Años de conflictos por poderes y posturas rígidas han dejado poco espacio para la confianza. Arabia Saudí e Irán, tras romper relaciones diplomáticas en 2016, apenas mantuvieron comunicación directa durante años. Las tensiones religiosas derivaron en una rivalidad regional.
Por eso fueron relevantes los acontecimientos de marzo de 2023. Tras una serie de visitas de alto nivel y diplomacia discreta, Arabia Saudí e Irán acordaron restablecer relaciones diplomáticas, con China actuando como mediadora. En la ceremonia de clausura, los representantes de los tres países se sentaron formando un triángulo equilátero, un símbolo pequeño pero deliberado de igualdad.
Un funcionario saudí reconoció posteriormente que China mantenía relaciones de trabajo con ambas partes. No intentaba imponer una "solución" predefinida, sino que ofrecía un espacio para el diálogo.
Al Jazeera parafraseó luego un famoso dicho: "Busca la paz, incluso si tienes que ir hasta China". La frase me quedó grabada, primero por su ingenio, pero principalmente porque captaba un cambio. En un mundo acostumbrado a la política de poder, una postura imparcial puede constituir una forma de influencia.
La seguridad se manifiesta en pequeños gestos humanos
La seguridad adquiere una dimensión muy distinta vista de cerca.
En Sudán del Sur, los cascos azules chinos patrullan campos de refugiados, median en disputas locales y ayudan a reconstruir la seguridad pública básica. Una policía, Gao Yali, a menudo dedicaba tiempo simplemente a escuchar a familias desplazadas. A veces sostenía la mano de alguien. Otras ofrecía un abrazo.
Recordaba a una mujer llamada Lisa, demasiado débil para alzar los brazos cuando se conocieron. Gao y sus compañeras volvían una y otra vez con comida y suministros. Con el tiempo, Lisa se recuperó. Ahora las saluda con su hijo cada vez que la visitan.
En las últimas tres décadas, China ha desplegado a más de 50.000 cascos azules en casi 30 operaciones de la ONU. Hoy es el mayor contribuyente de fuerzas de paz entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Estas cifras son importantes, pero las historias humanas explican por qué lo son.
Nuevos riesgos, nuevas normas
No todas las amenazas a la seguridad son visibles. Los ciberataques, los riesgos biológicos y las tecnologías emergentes tampoco conocen fronteras.
En la Conferencia de Revisión de la Convención sobre Armas Biológicas de 2022, las negociaciones llevaban años estancadas. Mediante la mediación y un compromiso sostenido, China ayudó a impulsar las conversaciones, contribuyendo a un documento final que rompió un prolongado punto muerto. Los delegados respondieron con un prolongado aplauso, celebrando ese raro momento en la diplomacia de control de armamentos.
En los últimos años, China también ha propuesto iniciativas sobre seguridad de datos, gobernanza de la IA y seguridad ecológica, sosteniendo que las nuevas tecnologías y los sistemas ambientales requieren normas compartidas, no un dominio unilateral.
Estos esfuerzos reflejan un cambio más amplio. Los asuntos de seguridad no tradicional ya no son periféricos; son centrales en la interacción entre estados y en la construcción de confianza.
El desarrollo como cimiento de la seguridad
Una frase de la Iniciativa de Seguridad Global del Presidente Xi Jinping resonaba en mí constantemente: sin desarrollo, no hay seguridad.
En el Puerto de Aguas Profundas de Kribi, en Camerún, esa conexión se hace visible. Kribi, otrora una pequeña aldea pesquera, alberga ahora un importante puerto construido mediante la cooperación China-Camerún. Desde su inauguración, ha generado miles de millones en ingresos aduaneros, creado empleos estables e incluso contribuido a una notable reducción de la delincuencia local.
Aquí, la seguridad no la imponen soldados; se construye mediante medios de vida.
Por qué importa esta historia
Lo que une estos ejemplos es un alejamiento del pensamiento de suma cero. La seguridad ya no es algo que un país pueda acaparar. La inestabilidad se propaga con facilidad. Lo mismo ocurre con las soluciones.
En el pódcast, estas historias se despliegan a través de voces y sonidos ambientales: campos de refugiados, puertos, salas de negociación, mares abiertos. Esa textura aporta algo que el texto por sí solo no puede capturar por completo. Si el tema le interesa, le recomiendo escuchar este episodio de nuestro nuevo pódcast, Historias de Xi Jinping.
En un momento en que el miedo suele dominar los debates sobre seguridad global, estos relatos proponen otro enfoque: uno arraigado en el diálogo, la responsabilidad compartida y la convicción de que una seguridad duradera comienza cuando las personas viven vidas mejores y más estables.
Hay más episodios de la serie disponibles en: https://podcasts.apple.com/cn/podcast/stories-of-xi-jinping/id1689566035
Sobre el autor:
Niu Honglin es productora y presentadora de CGTN. También es una de las editoras de Historias de Xi Jinping.