Casi un tercio de la población mundial padece síntomas de insomnio. Si eres uno de ellos, seguramente has escuchado todos los consejos habituales: nada de pantallas antes de dormir, mantener la habitación fresca y oscura, seguir una rutina relajante, etc. Y si bien todas esas recomendaciones pueden ser eficaces, existe otro truco que quizá no conozcas.
Un nuevo estudio realiza un gran avance
Un estudio reciente dirigido por investigadores de UChicago Medicine y la Universidad de Columbia descubrió que consumir más frutas y verduras durante el día puede mejorar significativamente la calidad del sueño.
“Las modificaciones dietéticas podrían ser un enfoque nuevo, natural y económico para lograr un mejor descanso,” afirmó la coautora principal y directora del Centro del Sueño de UChicago, la Dra. Estra Tasali. “Las asociaciones temporales y los resultados medidos objetivamente en este estudio representan pasos cruciales para llenar un vacío en el conocimiento de la salud pública.”
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La dieta y el sueño están intrínsecamente ligados
El vínculo entre lo que comemos y el sueño está ampliamente documentado. Está científicamente probado que, cuanto más somnoliento se está, mayor es el antojo de alimentos poco saludables, ricos en grasas y azúcares. Y ni que decir tiene que las bebidas y comidas con alto contenido en cafeína o azúcar afectan al sueño.
Aunque se sabe mucho menos sobre cómo la dieta puede afectar los patrones de sueño, los hallazgos de este estudio demuestran que la investigación continuada revelará eventualmente respuestas importantes.
Si te cuesta alcanzar la ingesta recomendada, hay muchos cambios dietéticos sencillos que puedes implementar:
1) Intenta sustituir la carne por proteínas vegetales. No es necesario adoptar una dieta completamente vegetal, pero quizá una vez por semana puedas cambiar la jugosa hamburguesa de ternera por una vegetariana. O aprovechar todas las verduras que tengas en curris y guisos. Es saludable y relativamente económico.
2) Camufla las verduras. Los platos de pasta, arroz y chile son excelentes opciones para consumir verduras sin la sensación de estar comiéndolas. Córtalas en trozos pequeños o incluso tritúralas para un mayor efecto.
3) Incorpora al menos una fruta o verdura en cada comida. ¿Sueles desayunar huevos? Pues ahora acompaña los huevos con un lado de fresas. ¿Un sándwich es tu opción para el almuerzo? Perfecto, añade un recipiente con bastones de zanahoria.
Incorporar solo una fruta o verdura más a tus comidas puede marcar una gran diferencia.