En su más reciente aventura gastronómica, Mia Naprta, columnista del Bulletin, explora cómo deleitarse con la comida en Mallorca sin tener que gastar una fortuna. Su último vídeo nos lleva al Kiosko Son Matías, un local muy querido por los residentes situado frente al Son Matías Beach Hotel, que demuestra que no es necesario desembolsar grandes sumas para disfrutar de una comida satisfactoria en Palmanova. Con precios que no superan los cinco euros, el quiosco ofrece una variedad de opciones sencillas pero deliciosas que realzan los productos frescos de la isla.
Para su desafío de comer fuera por menos de cinco euros, Mia eligió la Kiosko Burger, con un precio de solo 4,50 euros. Este contundente sándwich está elaborado con carne de ternera de proximidad, un detalle que refleja el compromiso del establecimiento con los productores locales. Coronada con bacon crujiente, queso fundido, lechuga fresca y tomates jugosos, la hamburguesa ofrece una excelente relación calidad-precio y un sabor auténtico; de esos que hacen que la clientela repita.
A lo largo del vídeo, Mia pone de relieve el encanto de disfrutar de buena comida en un entorno sin pretensiones. El ajetreado quiosco, ubicado cerca de la playa, atiende tanto a turistas como a residentes, creando un ambiente distendido y acogedor.
El reportaje también aborda una cuestión importante: la posibilidad de comer fuera de casa a un precio asequible sin renunciar a la calidad. En una época en la que los precios de los restaurantes no dejan de aumentar, el vídeo de Mia nos recuerda que la buena comida puede seguir siendo sencilla, honesta y económica. Apoyar a pequeños negocios de proximidad como el Kiosko Son Matías contribuye a sostener la comunidad y, a la vez, ofrece experiencias culinarias genuinas.
Al final del episodio, el veredicto de Mia es claro: la Kiosko Burger ofrece un sabor y una relación calidad-precio excepcionales por menos de cinco euros. Su vídeo capta la esencia de la gastronomía informal mallorquina: productos frescos, servicio amable y el placer de comer al aire libre. Es un sabroso recordatorio de que, a veces, las mejores comidas son también las más humildes.
