Entre los Ferraris.
Crédito: Ian Kuah X
El pasado sábado 4 de octubre, la Costa del Sol se transformó en el patio de recreo de los potentados, convirtiendose en escenario del Concurso de Elegancia Costa del Sol, que congregó a más de ciento cincuenta superdeportivos, hiperdeportivos y clásicos icónicos en Marbella, Mijas y Málaga.
Catalogado como el evento automovilístico más exclusivo de España, este espectáculo de tres días fusionó la ingeniería de alto rendimiento con el glamour de la Costa del Sol, atrayendo a coleccionistas, diseñadores y líderes de opinión internacionales.
Fundado en 2017, el concurso entró en una nueva y audaz era bajo la dirección de Franziska y Gregor Piech, junto con el equipo Caven, situándolo como un rival a nivel global de citas legendarias como Pebble Beach y Villa d’Este. Con el arranque en el resort Magna Golf de Marbella, la jornada inaugural deslumbró con música en vivo, performances artísticas y un indulgentee tentempié de caviar, champán y jamón ibérico. La concesionaria Calle de Salamanca Marbella acaparó todos los focos al presentar una selección de vehículos ultrapremium que hablan por sí solos del exceso marbellí.
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Entre los momentos álgidos, cargados de adrenalina, destacaron una jornada privada en el Circuito Ascari, recorridos panorámicos por la costa y veladas gastronómicas al atardecer con vistas al Mediterráneo. El jurado internacional, con expertos de Bugatti, Pininfarina y General Motors, evaluó a los participantes en base al diseño, su legado y la innovación, coronando a los más espectaculares en múltiples categorías. Máquinas de ensueño como el Pagani Huayra, el Bugatti Chiron, el Ferrari F40 y el Porsche Carrera GT hicieron volver cabezas en una mezcla de potencia bruta y líneas atemporales.
La etapa en Mijas incrementó el atractivo del evento, con un desfile de una veintena de hiperdeportivos desde La Cala de Mijas hasta el encalado encanto del Mijas Pueblo, culminando en una exhibición en la Plaza Virgen de la Peña.
Con el respaldo de los ayuntamientos de Marbella, Mijas y Málaga, el concurso concluyó con una cena benéfica de gala, destinando lo recaudado a causas comunitarias. Mientras los motores rugían en el ocaso, el Concurso de Elegancia fue un festín visual, un éxito solidario y una reafirmación de la marca Costa del Sol.