Cientos de niños están entre las víctimas de violación en la guerra de Sudán, según la ONU.

Hombres armados en Sudán han violado a cientos de niños, incluidos algunos de tan solo 1 año, informó esta semana la agencia de niños de las Naciones Unidas, mientras una guerra civil catastrófica se acerca a su tercer año.

Los proveedores de salud en Sudán han registrado 221 casos de violación desde el inicio de 2024, según el informe de UNICEF. Entre las víctimas, 147 eran niñas y 74 eran niños. Dieciséis niños tenían menos de 5 años y cuatro tenían solo un año de edad.

El informe incorpora testimonios de víctimas y testigos, incluido uno en el que se describe a niños cautivos siendo seleccionados por hombres armados y luego devueltos a sus cuarteles cubiertos de sangre y casi inconscientes. Algunos fueron sometidos a violaciones en grupo.

La agencia de niños registró casos de lesiones físicas graves, abuso psicológico y matrimonios infantiles. Algunas de las víctimas estaban infectadas con VIH y otros virus de transmisión sexual.

No hay datos completos sobre la violencia sexual en Sudán, pero una misión de investigación de la ONU en 2024 informó que la violencia de género, incluidas la violación y la esclavitud sexual, era frecuente en áreas donde se libraba la guerra entre el ejército sudanés y un grupo paramilitar, las Fuerzas de Apoyo Rápido.

La guerra, que estalló en abril de 2023, ha estado marcada por atrocidades en ambos lados, asesinatos étnicamente motivados y acusaciones de genocidio. El conflicto ha matado a decenas de miles de personas y desplazado a más de 11 millones, según algunas estimaciones.

La misión de la ONU en 2024 encontró que ambos lados en el conflicto habían perpetrado violencia sexual, pero que hombres armados vestidos con uniformes de las Fuerzas de Apoyo Rápido o la vestimenta a menudo usada por los aliados del grupo fueron identificados como perpetradores en “una gran mayoría” de los casos.

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Tess Ingram, una portavoz de UNICEF y autora principal del nuevo informe, dijo que había pasado semanas hablando con sobrevivientes de violencia sexual infantil en Sudán. Se sintió impactada por las decisiones imposibles que a menudo enfrentan los sobrevivientes después de la violencia.

“Algunas personas pueden pensar que el horror y el sufrimiento terminan cuando termina la violación, pero ese no es el caso, especialmente en Sudán”, dijo la Sra. Ingram.

Los sobrevivientes deben decidir si revelar o no la violación a su familia y a otros en la comunidad y arriesgarse a ser desheredados, identificados públicamente o vistos como colaboradores.

“En Sudán, socialmente, son los sobrevivientes y no los perpetradores quienes llevan esa carga cultural de estigma y vergüenza asociada con la violación”, dijo la Sra. Ingram.

La Sra. Ingram dijo que algunos de los niños que quedaron embarazados por sus agresores optaron por dar en adopción a sus bebés, mientras que otros optaron por quedárselos.

Ella contó la experiencia de una sobreviviente que creció en un hogar de acogida y decidió criar a su hijo ella misma, porque no quería que el bebé pasara por el mismo calvario que ella. Pero los refugios no querían acoger a una mujer embarazada.

“Ahora, el bebé tiene 8 meses y todavía no tiene un hogar en el que vivir”, dijo la Sra. Ingram.