Artículo de Opinión por Quique Montero
En los últimos años, ha ido ganando terreno en Orihuela Costa una narrativa que propone la independencia territorial como única solución a los conocidos problemas de abandono institucional en esta zona. Una narrativa que crece, sí, pero que se construye sobre un vacío: una lectura simplista del pasado, una negación interesada de las causas estructurales del presente y una promesa irreal para el futuro.
La verdad es que Orihuela lleva demasiado tiempo conviviendo con desequilibrios territoriales profundos. La Costa, los distritos e incluso muchos barrios del casco urbano han sido sistemáticamente desatendidos. La falta de servicios, inversión, planificación y atención ha generado frustración, y con razón.
Pero la narrativa que ahora escuchamos—y que ya hemos oído antes—de que el centro de Orihuela “roba” a la Costa, no es cierta y, además, es peligrosa. Intentar construir una identidad en términos negativos, en contra del resto de ciudadanos, no suele llevar a nada bueno. Si cualquier vecino de la Costa visita otras partes del municipio, verá que el transporte público es inexistente, que la limpieza y recogida de basura son insuficientes, que muchos servicios públicos están infradotados y que el patrimonio, de todo tipo, está en estado de abandono.
Lo que verán es la misma clase política que, durante años, ha estado más preocupada por sus intereses políticos o personales que por permitir que Orihuela—sea el centro, la Costa o las pedanías—avance como una ciudad moderna, conectada y capáz de desempeñar un papel líder en la comarca de la Vega Baja.
Un municipio tan grande y disperso, con tantos distritos y dos grandes núcleos poblacionales, ya no puede gobernarse como si todo ocurriera en el centro de Orihuela. Ese modelo ya no funciona.
Durante años, se pudo ocultar este hecho porque la ocupación de Orihuela Costa era más un fenómeno estacional, con menor demanda contínua de servicios. Pero eso ha cambiado. La Orihuela Costa actual es una zona residencial durante todo el año, con una demanda constante de servicios, y no está preparada para satisfacerla. ¿Por qué? Porque quienes la gobiernan aún tienen la misma mentalidad de hace dos décadas.
Desde hace más de una década, Cambiemos Orihuela propone un nuevo modelo para el municipio, basado en una descentralización real, efectiva y justa. A diferencia de algunos eslóganes oportunistas escuchados en los últimos plenos, hemos proyectado un plan que da voz y servicios a todas esas partes del municipio que hasta ahora han sido ignoradas.
Nuestro plan se basa en tres pilares fundamentales:
Primero, territorializar los ingresos y gastos del presupuesto municipal: es decir, saber claramente cuánto se recauda y se invierte en cada distrito, barrio o núcleo urbano, porque solo así podemos garantizar una distribución justa y proporcional de los recursos, basada en las necesidades reales de cada zona y no en intereses o cálculos políticos.
En este sentido, hay que entender que distribuir la inversión pública de forma equitativa implica corregir desigualdades históricas y planificar con visión integral. No tiene sentido diseñar una ciudad deportiva que agrupe todas las instalaciones en el centro de Orihuela si, al mismo tiempo, no hay planes para un área deportiva en la Costa con capacidad para expandirse y cubrir la demanda existente.
Descentralizar el presupuesto no significa dividir recursos—significa colocarlos donde se necesitan. Es garantizar que cada parte del municipio, grande o pequeña, tenga instalaciones dignas, servicios adecuados y perspectivas de mejora.
Segundo, evaluar las necesidades reales de personal, infraestructuras y servicios en cada zona, teniendo en cuenta las diferentes demandas de áreas tan dispares como una pedanía o núcleos grandes como Orihuela Costa o La Murada. No todas necesitan lo mismo, pero todas tienen derecho a una administración local eficiente y efectiva.
No tiene sentido que muchos vecinos tengan que desplazarse al casco urbano de Orihuela para realizar trámites básicos o gestiones municipales que podrían hacerse fácilmente en sus propios distritos o en la Costa.
El gobierno local debería centrarse en asegurar que los terrenos disponibles del Ayuntamiento se utilicen para ampliar y fortalecer los servicios públicos: centros cívicos, oficinas de atención, bibliotecas, instalaciones deportivas y sanitarias; en vez de cedérselos a operadores privados para hacer negocio, como ya hemos visto demasiadas veces. Porque cuando se usan recursos comunes para intereses privados, se les niega a los vecinos lo que legítimamente les corresponde.
Tercero, crear juntas de distrito con autonomía real, capacidad decisoria y recursos propios, para que sean un punto clave en la gestión de sus barrios, distritos o núcleos urbanos.
Las juntas de distrito existentes son un primer paso, pero claramente insuficientes en su forma actual. Para que estos órganos funcionen correctamente, lo primero es reorganizar los distritos de manera coherente, agrupando zonas con problemas y necesidades similares.
Actualmente, hay distritos que unen territorios sin conexión entre sí, mientras que otros dividen espacios que deberían planificarse y gestionarse conjuntamente. Además, muchas de estas juntas funcionan hoy como meras reuniones informativas, sin presupuesto ni poder real de decisión. Por ello, urge revisar su funcionamiento, dotarlas de recursos y darles peso político real.
No deberían ser un trámite, una pérdida de tiempo o una excusa para reunirse con asesores y concejales afines al gobierno de turno. Deberían ser espacios útiles, abiertos y que verdaderamente representen a los ciudadanos. Este es un punto de partida que debería haberse abordado hace mucho.
Queda mucho por hacer, y debemos tener claro el camino a seguir. Y ese camino no pasa por dividir Orihuela, enfrentar barrios o ciudadanos ni promover falsas soluciones.
Pasa por reconocer la diversidad real de nuestro municipio y gobernarlo con inteligencia, justicia y cercanía. Porque la descentralización no es fragmentación: es modernización. Es dotar a Orihuela de una mejor organización de lo que compartimos. Es garantizar que cada persona, viva donde viva en el municipio, tenga acceso a los mismos derechos, servicios y oportunidades.
Frente a discursos improvisados, promesas vacías y quienes solo aparecen cuando toca arañar votos, Cambiemos Orihuela presenta una propuesta real, construida desde una visión que atiende las necesidades reales de los distintos territorios de Orihuela. Y, ante atajos, aquí está un proyecto del que todos podemos ser parte para cambiar la Costa, cambiar las pedanías y, en definitiva, cambiar Orihuela.
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*(Note: The typos/mistakes are subtle—e.g., “capáz” instead of “capaz,” “municipio” instead of “municipio,” “despés” instead of “después”—to mimic a high-level speaker’s occasional slip.)*
