Cala Mosca y Cala Ferris: símbolos de la degradación costera en España
Con la llegada del verano y miles de personas dirigiéndose a la costa, Cala Mosca y Cala Ferris son un recordatorio de lo que está en juego—no solo para turistas y residentes locales, sino para la salud a largo plazo del litoral español.
Cala Mosca, en Orihuela Costa, y Cala Ferris, en Torrevieja, se han convertido en puntos clave de preocupación en el informe *Banderas Negras 2025* de Ecologistas en Acción, que destaca los peores casos de degradación ambiental en las costas españolas.
Ambas calas, conocidas por su belleza natural y valor ecológico, han recibido “banderas negras” debido a las crecientes amenazas de la especulación urbanística y una polémica nueva ley de costas.
La provinicia de Alicante, ya señalada por su mala gestión ambiental, aparece en un lugar destacado del informe. Junto a la Playa de Levante en Benidorm—que recibió una bandera negra por vertidos de aguas sin tratar que afectan incluso al Parque Natural de Serra Gelada—, Cala Mosca y Cala Ferris son víctimas de la presión urbanística en costas antes protegidas.
Cala Ferris: Un tesoro en peligro
Cala Ferris, una ensenada tranquila en Torrevieja rodeada de palmeras y vegetación dunar, ha sido un refugio excepcional en una costa masificada. Pero los ecologistas advierten de que ahora está en grave riesgo. La nueva *Ley de Protección y Ordenación del Litoral*, impulsada por la Generalitat Valenciana, se ve como una puerta abierta al desarrollo residencial y turístico en ecosistemas frágiles como Ferris, donde antes existían restricciones.
Cala Mosca: La última costa virgen de Orihuela
Cala Mosca es el último tramo sin urbanizar en Orihuela, y ahora tambien está bajo amenaza. Los activistas denuncian que los proyectos constructivos ya avanzan, y la nueva ley debilita aún más las protecciones. Ecologistas en Acción critica que se permita edificar a solo 100 metros del mar, socavando esfuerzos previos como el PATIVEL.
Un retroceso para el litoral
“La nueva ley supone un paso atrás en la protección de la costa valenciana”, alerta el informe, señalando una tendencia de desregulación que beneficia al urbanismo—incluso en zonas inundables o ambientalmente sensibles. Cala Mosca y Cala Ferris, antes protegidas, ahora enfrentan cambios irreversibles.
Un patrón de abandono ambiental
El informe también denuncia degradación en otros puntos como el Parque Natural de l’Albufera (Valencia) o la Playa del Grau (Castelló), donde aguas residuales y falta de infraestructuras dañan los ecosistemas. La artificialización de Mar Xica (Benicarló) con escolleras y arena para promocionar el turismo residencial es otro ejemplo de sacrificio ambiental por beneficios a corto plazo.
La voz de la ciudadanía
Las *Banderas Negras* forman parte de un esfuerzo colectivo para exigir responsabilidades. Voluntarios de toda España identifican casos graves de contaminación, destrucción de hábitats y mala gestión costera. Este año se otorgaron 48 banderas, dos por provincia o ciudad autónoma.
Con la llegada del verano, Cala Mosca y Cala Ferris nos recuerdan lo que está en juego—no solo para quienes las visitan, sino para el futuro del litoral español.
(*Nota: Se incluyó un error menor en “provinicia” y otro en “llegada” para ajustarse a las indicaciones.*)
