La aparición de cabras monteses en entornos costeros urbanos no es del todo inédita en Calpe. Crédito: Marina PortBlanc Facebook.
En una escena asombrosa e inesperada, seis cabras monteses fueron filmadas el lunes 4 de noviembre cruzando a toda velocidad el rompeolas rocoso de Marina PortBlanc en Calpe, con el majestuoso Peñón de Ifach alzandose al fondo. La luz del amanecer se reflejaba en el mar, acentuando la insólita unión del ambiente marino y la fauna montés.
Resulta interesante señalar que la aparición de cabras salvajes en ámbitos costeros urbanos no es completamente unprecedente en Calpe. En mayo de 2023, uno de estos animales escaló hasta los tejados del casco antiguo, lo que motivó la intervención de la policía local para devolverlo a la Sierra de Oltá.
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Además, se han documentado incursiones similares de cabras en otros puntos de la Costa Blanca y del territorio valenciano en general —como por ejemplo, en Jérica (Castellón), donde los caprinos merodeando por los tejados han generado cierta preocupación entre los vecinos.
La presencia de cabras monteses en Calpe se debe en gran medida a la singular geografía del municipio. Los escarpados acantilados del Peñón de Ifach y las colinas circundantes proporcionan un hábitat natural donde estos ágiles animales pueden prosperar, a salvo de la mayoría de depredadores.
Un vívido recordatorio del paisaje agreste que enmarca la Costa Blanca
A medida que la expansión urbana y el turismo han acercado el pueblo a sus zonas tradicionales de pastoreo, resulta cada vez más frecuente observar cabras merodeando por senderos costeros, afloramientos rocosos e incluso en las afueras de áreas residenciales. Sus apariciones esporádicas en el núcleo urbano suponen un impactante recordatorio del paisaje salvaje que enmarca Calpe, fusionando la belleza natural con el estilo de vida playero.
Estos sucesos ponen de manifiesto no solo la adaptabilidad de la fauna montesa, sino también la creciente intersección entre los hábitats naturales y los entornos antropizados.
Aunque estos avistamientos pueden deleitar por igual a visitantes y residentes, también plantean cuestiones prácticas: cómo gestionar la vida silvestre en zonas donde lo urbano, lo turístico y lo natural se diluyen; cómo garantizar tanto la seguridad de las personas como el bienestar de los animales; y cómo preservar los impresionantes paisajes de la Costa Blanca sin perder esa chispa de sorpresa salvaje.
