El Partit Socialista de les Illes Balears (PSIB) pretende que se dote de prioridad a los residentes a la hora de obtener amarres en los puertos del archipiélago. Introducirán una enmienda a la ley de puertos que se tramita actualmente en el Parlamento para que, en las listas de espera de amarres, se priorize a quienes acrediten una residencia en las islas de al menos cinco años.
El diputado socialista Marc Pons sostiene que se trata de una medida para frenar la pérdida que sufren los ciudadanos baleares frente a los no residentes, quienes llegan con mayores recursos económicos. Esta filosofía ya la está aplicando la presidenta del Govern balear, Marga Prohens, en el ámbito de la vivienda, y los socialistas consideran que puede trasladarse a los amarres, donde los residentes a menudo no pueden competir con los recién llegados.
El PSIB también plantea que el Govern balear deje abierta la posibilidad de que la administración pueda recuperar algunas concesiones y traspasarlas a la gestión pública, siempre y cuando previamente se realice un estudio económico-financiero y de demanda. Marc Pons opina que esta propuesta ya es contraria a la del gobierno, que amplía las concesiones hasta los 75 años.
El parlamentario socialista también critica que el nuevo proyecto de ley elimina la obligatoriedad de que las listas de espera sean públicas y que ya no será necesario figurar en una lista de espera para poder optar a una concesión. Según el diputado, esto abre la puerta a la discrecionalidad absoluta y a que se imponga la mejor oferta económica.
En materia de vivienda, se vislumbran posibles nuevas restricciones en Mallorca, centradas especialmente en limitar la venta de viviendas a no residentes debido a la crisis habitacional. Algunos partidos políticos han propugnado habilitar a los ayuntamientos para aplicar dichas restricciones, mientras que el Govern balear manifestó con anterioridad que tales decisiones competen a la UE. Otro ámbito de restricción afecta a los alquileres turísticos, donde una nueva ley exige una mayoría cualificada del consentimiento de los vecinos para aprobarlos.
Diversas formaciones políticas presionan para implementar medidas que permitan a los consistorios restringir la venta de inmuebles a no residentes, argumentando la crisis de vivienda. Esta iniciativa se enmarca como una herramienta para garantizar que la vivienda cumpla una función social y para combatir la especulación. Una declaración institucional previa del Govern balear indicó que cualquier limitación a la compra de propiedades por no residentes debería ser aprobada en instancias de la Unión Europea.
La nueva normativa exige una mayoría cualificada de los residentes para prestar su consentimiento a un alquiler vacacional. Esta regla tiene como objeto proteger la tranquilidad vecinal y evitar la proliferación de viviendas turísticas en zonas residenciales. Paralelamente, el gobierno trabaja en abordar los problemas de la edificación ilegal, particularly en suelo rústico, mediante una ley de prescripción de ilegalidades. Los extranjeros pueden adquirir propiedades en Mallorca, pero deben disponer de un NIE español.
