Al menos cuatro personas han muerto en una ola de ataques con bombas y disparos en el suroeste de Colombia, segun reportes de medios locales.
Dos agentes de policia estuvieron entre los fallecidos en los ataques, que se enfocaron en Cali, la tercera ciudad más grande del país, y varios pueblos cercanos.
Se informó que se usaron coches bomba, motos explosivas, disparos de fusiles y hasta un dron sospechoso para golpear comisarias, edificios municipales y blancos civiles, mientras una creciente crisis de seguridad afecta al país sudamericano.
Algunos medios locales vinculan parte de los ataques con una facción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un antiguo grupo guerrillero. La BBC no ha podido confirmar esto de forma independiente.
Varias personas resultaron heridas, aunque el número exacto de victimas aún no está claro.
Estos ataques ocurrieron días después del intento de asesinato contra el candidato presidencial Miguel Uribe Turbay en Bogotá, mientras hablaba con sus seguidores.
El alcalde de Cali, la ciudad más grande de la región, dijo que la ciudad ha vuelto a 1989, cuando el narcotráfico y la violencia de los cárteles eran comunes.