Los aguiluchos pálidos son conocidos por su espectacular cortejo en el aire, llamado “skydancing”, sobre zonas altas como el Bosque de Bowland en Lancashire y los Yorkshire Dales.
Están en la lista roja de especies en peligro y se considera que tienen un alto riesgo de extinción.
Según un informe de la RSPB publicado hoy (26 de junio), entre 2020 y 2024 se registraron 102 casos de aves muertas o desaparecidas.
La mayoría de estos incidentes ocurrieron cerca de los terrenos de caza de urogallos en el norte de Inglaterra, donde se practica este deporte.
La organización pide al gobierno que introduzca licencias para la caza de urogallos en Inglaterra, como ya se hizo en Escocia, para frenar los crímenes contra la fauna.
¿Qué es un aguilucho pálido?
Es la ave rapaz más perseguida del Reino Unido. Antes cazaba aves de corral, de ahí su nombre.
Es un pájaro delgado y mediano; los machos tienen plumas grisáceas en el lomo, partes inferiores más claras y puntas negras en las alas.
Las hembras son marrones, con rayas en el cuerpo y alas, y franjas en la cola.
¿Qué tan raro es?
En los últimos 25 años, se lanzaron iniciativas para proteger la especie y su población aumentó entre 2016 y 2023.
Pero 2023 fue el peor año registrado, con 34 aves muertas o desaparecidas en circunstancias sospechosas, según la RSPB.
Hubo un 43% menos de crías en 2024 comparado con 2023.
La caza ilegal de aguiluchos alcanzó un récord devastador. ⚠️
Un informe de la RSPB revela 102 casos en solo 5 años, la mayoría en terrenos de caza de urogallos.
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— RSPB (@Natures_Voice) 26 junio, 2025
Las hembras reproductoras bajaron de 50 en 2023 a 34 en 2024, un 32% menos.
La población actual es solo un 25% de lo que su hábitat podría sostener, y en Inglaterra es menos del 10%.
El informe describe aguiluchos disparados, polluelos aplastados y hasta un ave decapitada viva.
A pesar de su protección legal, la actividad criminal sigue siendo la principal amenaza para su recuperación.
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Nadie en Inglaterra ha sido condenado por estos crímenes, dice la RSPB, ya que ocurren en zonas remotas.
Dr. James Robinson de la RSPB declaró: “La especie no se recuperará hasta que pare la actividad criminal. Necesitamos regular la caza de urogallos con un sistema de licencias, para quitar permisos a terrenos vinculados a la persecución de rapaces.”
Andrew Gilruth de la Moorland Association rechazó el informe, diciendo que los datos no fueron verificados y que las acusaciones “dañan la imagen de los guardabosques”.
