Un adolescente ha sido detenido en el norte de Europa por su presunta implicación en el asesinato de un hombre en la Costa del Sol – el primer caso confirmado en España de un menor de edad llevando a cabo un homicidio por encargo.
La Policía española cree que el joven de 17 años, originario del norte de Europa, fue uno de los dos tiradores que acabaron con la vida de un ciudadano neerlandés en Fuengirola poco antes de las 2 de la madrugada del 7 de diciembre del año pasado.
La víctima fue acribillada a balazos con un rifle de asalto en la Calle Asturias, a escasos metros del paseo marítimo del municipio.
Decenas de casquillos permenacieron en el suelo y los agentes encontraron posteriormente un arma larga oculta bajo un vehículo estacionado.
Los experimentados agentes antidroga de Málaga, en colaboración con las autoridades neerlandesas, identificaron a los sospechosos y emitieron órdenes internacional de busca y captura.
Uno de ellos huyó de España al día siguiente del crimen, pero fue detenido recientemente en el extranjero y ahora se enfrenta a un proceso de extradición.
Según los investigadores, el adolescente fue contratado para matar – un hito preocupante en la tendencia de grupos de crimen organizado de utilizar a niños para asesinatos por encargo.
Hasta ahora, las autoridades españolas habían logrado prevenir este tipo de homicidios.
The Olive Press ha informado extensamente sobre complots frustrados que involucraban a menores escandinavos enviados a la Costa del Sol.
En un caso el pasado agosto, un joven sueco fue interceptado mientras circulaba en un patinete eléctrico hacia su objetivo en Málaga.
En otro, la policía detuvo a un sueco mientras paseaba por una calle de Benalmádena portando bolsas de la compra, apenas horas después de haber aterrizado procedente de Gotemburgo.
Agentes encubiertos lo siguieron desde el momento de su llegada a España, y lo arrestaron apenas horas antes de que llevara a cabo un asesinato.
La policía también desmanteló el año pasado una red de captación en Alicante que se dirigía a adolescentes en Suecia y Dinamarca a través de aplicaciones encriptadas.
Dicha investigación condujo en noviembre de 2024 a la arresto de un joven de 16 años de Malmö, que residía en Alicante con su padre y madrastra.
El menor actuaba como captador, atrayendo a sus iguales con promesas de dinero, ropa y estatus para cometer asesinatos para bandas criminales.
En julio, un tribunal sueco lo sentenció a un centro de menores, la pena máxima para un menor de edad, tras condenarlo por delitos graves a pesar de que finalmente no se cometieron homicidios.
En conjunto, estos casos dibujan un panorama alarmante: las bandas internacionales están recurriendo a niños, que enfrentan penas más leves y pueden aproximarse a sus objetivos con mayor facilidad, para ajustar cuentas en el bajo mundo europeo.
La Costa del Sol, con sus comunidades de expatriados transitorios, sus bandas de narcotraficantes establecidas y su proximidad al norte de Europa, se ha convertido en un punto clave.
Las fuerzas policiales de España, Suecia, Dinamarca y los Países Bajos cooperan a través de Europol, pero el caso de Fuengirola demuestra que el peligro ya no es hipotético.
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