«A veces les lanzaba hechizos»: la furiosa belleza de las pinturas negras de Derek JarmanArte y diseño

Los últimos años del artista y cineasta Derek Jarman han sido marcados por el reconocimiento de su casa, Prospect Cottage en Kent, salvada para el patrimonio nacional en el 2020. Muchos visitan su increíble jardín, cerca de la central nuclear de Dungeness, buscando paz. Pero centrarse en este refugio artístico puede hacer olvidar el verdadero trabajo de Jarman, que no era tranquilo ni doméstico, sino más bien furioso, oscuro y perturbador.

Dos ejemplos de esta faceta más intensa de Jarman están por resurgir. El primero es la publicación de un guión para una película inacabada, El asesinato de Pier Paolo Pasolini en el jardín de las delicias, escrito en 1984 mientras luchaba por financiar su película Caravaggio. Como Jarman, Pasolini era un cineasta (y escritor) queer cuya obra denunciaba la represión política y sexual. "Derek se identificaba con Pasolini porque ambos seguían su propio camino y hacían cine de forma única", explica Tony Peake, biógrafo de Jarman.

Pasolini fue asesinado en 1975, tres semanas antes del estreno de su última película, Salò, una crítica brutal al fascismo. Un joven de 17 años confesó el crimen, pero hoy hay pruebas que sugieren que fue un atentado de grupos de ultraderecha, con apoyo de los servicios secretos. Olivia Laing explora esta teoría en su próxima novela, The Silver Book.

Jarman también enfrentó sus propios horrores. En 1986 le diagnosticaron VIH, una sentencia de muerte en esa época. A pesar del estigma, él habló abiertamente de su condición, convirtiéndose en activista.

En 1987, el gobierno británico lanzó una campaña contra el sida que provocó una ola de odio hacia la comunidad gay, reforzada por la prensa sensacionalista. La respuesta de Margaret Thatcher fue la Sección 28, que prohibía "promover" la homosexualidad, atacando directamente obras como las de Jarman.

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Su miedo y furia quedaron plasmados en su película The Last of England, donde muestra un país en decadencia, y en sus pinturas negras, expuestas ahora en Londres. Estas obras, cargadas de objetos simbólicos como alambres de púas y anillos de boda, reflejan su obsesión por el psicoanálisis y la alquimia.

Hoy, cuando los derechos LGBTQ+ vuelven a estar bajo ataque, la oscuridad de estas pinturas resuena con fuerza. Además, su exhibición coincide con la muestra del UK Aids Memorial Quilt en la Tate Modern, un homenaje a las víctimas del sida en los 80 y 90.

A pesar de todo, Jarman siguió adelante con una creatividad imparable. "Seguía volando entre las balas", dice Peake. "Era cálido, positivo y nunca se disculpó por ser quien era".

Su legado sigue vivo: el guión de El asesinato de Pier Paolo Pasolini se publica en junio, y sus Pinturas Negras se exhiben en la galería Amanda Wilkinson.

("Al final, conseguí lo que quería", dijo Jarman una vez. "O casi todo".)