España sanciona a Airbnb con una multa de 64 millones de euros

España multa a Airbnb con 64 millones por anuncios de alquiler vacacional ilegales
Crédito: Piotr Swat, Shutterstock

España ha enviado una de sus señales más contundentes hasta la fecha al sector del alquiler de corta duración, imponiendo a Airbnb una multa de 64 millones de euros debido a miles de anuncios de viviendas vacacionales que no cumplían los requisitos legales básicos.

La sanción, impuesta por el Ministerio de Consumo, llega tras meses de investigación y ya es firme, cerrando el proceso administrativo después de que el recurso de Airbnb fuese rechazado. En el centro del caso hay un problema simple pero generalizado: propiedades anunciadas sin las licencias que exige la legislación española.

Más de 65.000 anuncios bajo escrutinio

Según Consumo, los inspectores identificaron 65.122 anuncios en Airbnb que infringían las normas de protección al consumidor. Muchos ofrecían alojamiento turístico sin mostrar un número de registro o licencia válido, un requisito obligatorio en la mayoría de las comunidades autónomas.

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Otros utilizaban números de licencia incorrectos o falsos, mientras que algunos no explicaban claramente si el anfitrión era un particular o un operador profesional. Para las autoridades, esta falta de transparencia constituía publicidad engañosa, dejando a los consumidores sin información clara sobre con quién se alojaban.

Los oficiales sostienen que el problema no fue aislado o accidental. El Ministerio alega que Airbnb siguió publicando los anuncios incluso después de ser advertida formalmente, lo que finalmente determinó la cuantía de la multa. Los 64 millones reflejan, según explicaron, seis veces el beneficio ilegal supuestamente generado mientras los anuncios irregulares permanecieron activos.

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Respaldo judicial y cambios forzosos

La resolución no se limita a la sanción económica. También se ha ordenado a Airbnb la retirada de todos los anuncios ilegales identificados y que haga pública la multa, sumando un daño reputacional al financiero.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ya había avalado órdenes de retirada previas del Ministerio, reforzando la postura gubernamental de que las plataformas deben cumplir activamente con las leyes de vivienda y consumo, no solo reaccionar cuando se las desafía.

El ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, fue contundente: “Ninguna empresa que opere en España, por grande o influyente que sea, puede situarse por encima de la ley”, enfatizando que la decisión busca equidad para consumidores y residentes afectados por el crecimiento del alquiler vacacional.

Otras infracciones detectadas

Además de la multa principal, el Ministerio identificó otras infracciones durante la investigación. Estas incluían incumplimientos de las normas de venta a distancia, como no informar claramente a los usuarios sobre la condición legal del anfitrión, un requisito de la legislación española.

Esas infracciones, calificadas como leves, conllevaron multas menores de 10.000 euros cada una. Otra sanción de 10.000 euros se impuso porque, según los oficiales, Airbnb no respondió adecuadamente a las peticiones de información durante la investigación.

Se impuso una multa adicional de 55.000 euros por incumplir medidas cautelares establecidas para proteger a los consumidores durante el caso, completando un paquete sancionador diseñado para enviar una advertencia clara al sector.

Una batalla más amplia por la vivienda

El caso se enmarca en un esfuerzo más amplio del Gobierno español por abordar lo que describe como una emergencia de vivienda, especialmente en grandes ciudades y zonas turísticas, donde el alquiler vacacional es señalado como causante del alza de alquileres y la reducción de la oferta de vivienda a largo plazo.

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Bustinduy ha argumentado repetidamente que los modelos de alquiler vacacional sin control empeoran la situación de los residentes. “Miles de familias viven bajo presión constante por el coste de la vivienda, mientras una minoría obtiene beneficios de modelos de negocio que desplazan a personas de sus hogares”, afirmó.

Asimismo, el Ministerio confirmó que sigue procedimientos sancionadores separados contra agencias inmobiliarias, centrados en presuntas prácticas abusivas hacia inquilinos en el mercado de alquiler a largo plazo.

Para expatriados, propietarios y arrendadores, el mensaje es cada vez más claro. La tolerancia de España hacia las áreas grises regulatorias en el mercado vacacional se reduce rápidamente. Los gobiernos regionales han endurecido las normas de licencias en los últimos años, y la aplicación de la ley es ahora mucho más visible—y costosa.

Aunque Airbnb aún no ha emitido una respuesta pública detallada, el caso marca un punto de inflexión. Se está dejando claro a las plataformas que operan en España que el cumplimiento normativo ya no es opcional.

Conforme aumenta la presión sobre el mercado de la vivienda español, la postura gubernamental es firme: las plataformas digitales deben jugar con las mismas reglas que los demás, y la época de hacer la vista gorda ante anuncios ilegales llega a su fin.

Manténganse atentos a Euro Weekly News para más noticias de España.

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