España respalda la resolución de la ONU que otorga a Marruecos la soberanía del antiguo territorio del Sáhara Occidental.

El Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado una resolución respaldada por Estados Unidos que otorga a Marruecos la soberanía sobre el disputado territorio del Sáhara Occidental, antigua colonia española.

Once países, entre ellos el Reino Unido, votaron a favor de la medida, que describe una autonomía genuina bajo soberanía marroquí como la ‘solución más factible’ para un conflicto de décadas que ha causado decenas de miles de muertos.

Tres miembros del Consejo –Rusia, China y Pakistán– se abstuvieron en la votación, mientras que Argelia votó en contra.

El resultado desató jubilosas celebraciones en Marruecos, donde el rey Mohamed VI lo aclamó como un ‘nuevo y victorioso capítulo’ que ayudaría a ‘poner fin definitivo a este asunto’.

España fue la potencia colonial en esta región rica en minerales desde finales del siglo XIX hasta 1975, cuando se retiró bajo una creciente presión internacional en los últimos días de la dictadura franquista.

Sin embargo, en lugar de organizar un referéndum para el pueblo saharaui –grupo étnico originario del Sáhara Occidental–, España firmó los Acuerdos de Madrid con Marruecos y Mauritania.

Dicho acuerdo transfirió el control administrativo sin la aprobación de la ONU e ignoró un veredicto de la Corte Internacional de Justicia que establecía que dichos países no tenían derecho a reclamar la soberanía sobre el territorio.

La decisión dio pie al conflicto del Sáhara Occidental cuando el Frente Polisario, un movimiento nacionalista saharaui, declaró unilateralmente la independencia e inició una campaña de resistencia armada.

En la actualidad, aproximadamente el 30% del Sáhara Occidental está controlado por el Frente Polisario, mientras que el restante 70% está ocupado por Marruecos.

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La ONU clasifica el Sáhara Occidental como un ‘territorio no autónomo’. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos no ha tenido acceso a la región desde 2015 y ‘sigue recibiendo denuncias sobre violaciones de derechos humanos, incluyendo intimidación, vigilancia y discriminación contra individuos saharauis, especialmente cuando abogan por la autodeterminación’.

Un informe reciente de Amnistía Internacional señaló que las ‘autoridades continúan restringiendo la disidencia y los derechos a la libertad de asociación y reunión pacífica en el Sáhara Occidental’.

En agosto, el aclamado cineasta británico Sir Christopher Nolan fue criticado por diversas figuras, incluido el actor español Javier Bardem, por decidir rodar parte de su última superproducción en una ciudad del Sáhara Occidental actualmente bajo ocupación marroquí.

La Odisea, una adaptación de la épica de Homero que llegará a la pantalla grande en julio próximo, se filmó parcialmente en la ciudad costera de Dakhla, lo que provocó las críticas de activistas saharauis y de los organizadores del Festival Internacional de Cine del Sáhara Occidental, quienes calificaron la decisión como un insulto para quienes se ven forzados a vivir bajo ocupación o al exilio.