Rayhan Demytrie en Georgia, Cáucaso Sur
Rustavi 2
Bella Culley, en la foto durante una audiencia anterior en el Tribunal de la Ciudad de Tbilisi, enfrenta dos años de cárcel.
Una adolescente británica, con ocho meses de embarazo y acusada de contrabando de drogas, espera su sentencia en una prisión de Georgia, en el Cáucaso Sur. Un pago de 137,000 libras por parte de su familia reducirá su condena, pero ¿cómo son los días para Bella Culley, encarcelada a 4,180 kilómetros de su hogar?
Hablando en exclusiva con la BBC, la madre de Bella Culley revela que su hija, que ahora tiene 35 semanas de embarazo, ha sido trasladada a una unidad de “madre y bebé” de la prisión.
Esto marca un cambio significativo para la joven de 19 años después de pasar cinco meses en una celda de la Prisión Número Cinco de Rustavi, con solo un agujero en el suelo como baño, una hora de aire fresco al día y duchas comunales dos veces por semana.
Lyanne Kennedy dice que su hija hervía pasta en una tetera y tostaba pan sobre la llama de una vela, pero que ahora puede cocinar para sí misma y para otras mujeres y niños en la unidad, y está aprendiendo georgiano.
“Ahora sale dos horas a caminar, puede usar la cocina comunal, tiene ducha en su habitación y un baño propiamente dicho”, dice, describiendo las mejoras desde su traslado a principios de este mes.
“Todos cocinan para los demás”, afirma la Sra. Kennedy. “Bella ha estado haciendo torrijas y sándwiches de queso tostados, y pollo con sal y pimienta”.
La Srta. Culley ha estado en prisión preventiva desde mayo, después de que la policía descubriera 12 kg de marihuana y 2 kg de hachís en su equipaje facturado en el Aeropuerto Internacional de Tbilisi.
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La madre de Bella Culley, Lyanne Kennedy, dijo que su hija se veía “fuerte”.
Algunos testimonios desde dentro de la cárcel pintan un cuadro desolador de las condiciones.
En septiembre, los medios georgianos publicaron ampliamente una carta abierta que, según dijeron, fue enviada desde la prisión por Anastasia Zinovkina, una activista política rusa condenada a ocho años y medio por cargos de posesión de drogas.
La Sra. Zinovkina, quien insistió en que le plantaron las drogas, describió las condiciones sanitarias como “espantosas” y “horribles”.
“Una sola pastilla de jabón se usa para lavar el cabello, el cuerpo, los calcetines, la ropa interior y los platos”, escribió. “Si el jabón se acaba antes de que los guardias decidan dar uno nuevo (lo cual ocurre una vez cada tres meses), entonces simplemente no se lavan.
“El papel higiénico se proporciona una vez al mes, y solo a aquellos sin dinero en su cuenta de la prisión. Está permitido ducharse solo dos veces por semana, los miércoles y domingos, durante 15 minutos.
“Las chicas que no tienen chanclas se bañan descalzas o usan chanclas compartidas. Contraen infecciones por hongos y se las pasan unas a otras”.
Rayhan Demytrie/BBC
Bella Culley ha estado detenida en la Prisión Número Cinco de Rustavi, en Georgia.
El Ministerio de Justicia de Georgia dijo a la BBC en mayo que las condiciones en la prisión habían mejorado significativamente desde los informes de monitoreo anteriores del Defensor Público georgiano.
Bajo el nuevo código penitenciario de Georgia, que entró en vigor en enero del año pasado, los reclusos “tienen derecho a aire fresco durante al menos una hora diaria”, declaró.
También destacó varias reformas, incluidos programas de educación vocacional, una universidad digital para el aprendizaje a distancia y una mejor atención médica a través de una clínica en línea.
“Las autoridades georgianas ponen un enfoque centrado en el ser humano en el corazón de la reforma penitenciaria para garantizar una gestión saludable del sistema penitenciario”, dijo en un comunicado.
El ministerio también dijo que el subcomité de la ONU para la prevención de la tortura visitó la prisión en octubre de 2023 y “no expresó ninguna preocupación sobre las condiciones carcelarias, la sanidad o los temas relacionados con las actividades fuera de la celda/contacto con el mundo exterior”.
El informe del comité es confidencial, pero la ONU dijo en ese momento que alentaba al gobierno georgiano a hacerlo público.
El caso ha llamado la atención sobre el estricto enfoque de Georgia respecto a los delitos relacionados con drogas y su amplio uso de la “negociación de culpabilidad” para resolver casos criminales.
Guram Imnadze, un abogado de justicia penal y experto en políticas de drogas con sede en Tbilisi, dice que en 2024 casi el 90% de los delitos relacionados con drogas en Georgia se resolvieron de esta manera.
“Las sentencias son tan severas que la negociación beneficia a ambas partes”, explica el Sr. Imnadze. “La estrategia principal desde la perspectiva de la defensa es lograr un acuerdo lo más rápido posible”.
Los acuerdos tempranos típicamente resultan en condiciones más suaves, con condenas y multas más bajas, dice.
Para el tráfico que involucra grandes cantidades de drogas, la ley georgiana contempla sentencias de hasta 20 años o cadena perpetua. El Sr. Imnadze dice que el caso de la Srta. Culley coincidió con la llegada de un nuevo ministro del interior, quien priorizó los delitos de drogas.
“Lo que quieren es mostrarle al público ahora mismo qué resultados tangibles tienen, y 12 kg de marihuana ya es una cantidad enorme para la percepción pública”, afirma.
La Srta. Culley afirmó que fue torturada y obligada a transportar las drogas, pero le advirtieron que enfrentaba 20 años de prisión. Sin embargo, le dijeron que por una “suma sustancial” podría ser liberada.
El martes pasado de vuelta en el Tribunal de la Ciudad de Tbilisi, la adolescente escuchó que su familia había logrado reunir 137,000 libras. No era la cantidad necesaria para salir en libertad, pero sí suficiente para reducir su condena significativamente, a dos años. Estará nuevamente en la corte el lunes para escuchar su sentencia definitiva.
La Sra. Kennedy dice que la familia está haciendo todo lo posible para llevarla a casa, “donde debería estar”.
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El abogado de la Srta. Culley, Malkhaz Salakaia, dijo que ella había sido torturada.
El abogado de la Srta. Culley, Malkhaz Salakaia, ha dicho anteriormente que, una vez que se alcanzara un acuerdo, apelaría al Presidente de Georgia para que perdonara a la adolescente británica.
El Sr. Salakaia confirmó que la Srta. Culley se declaró culpable de introducir drogas en el país, volando desde Tailandia vía Sharjah en los Emiratos Árabes Unidos, pero dijo que fue obligada a hacerlo por pandilleros que la torturaron con un hierro caliente.
La policía georgiana había iniciado una investigación criminal separada sobre sus alegatos de coacción, dijo.
Cuando la adolescente aterrizó en Tbilisi el 10 de mayo, su equipaje fue marcado inmediatamente por las autoridades georgianas y, aunque intentó explicar a la policía que se suponía que alguien la recogería en la sala de llegadas, ellos no investigaron esto y la acusaron, afirmó.
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Lyanne Kennedy fue acompañada en Tbilisi por la abuela de Bella Culley, Christine Cook.
El Sr. Salakaia dice que existe una disposición en la ley georgiana para las mujeres embarazadas, lo que da esperanzas a la familia de que la joven podría ser liberada antes de dar a luz.
“Está escrito en la ley que cuando un niño nace, la madre debe estar fuera hasta que el niño cumpla un año”, explica.
La Sra. Kennedy, que ha estado viajando de ida y vuelta entre el Reino Unido y Georgia, dice que su hija se lleva bien con el personal y las demás reclusas y que pudo llevarle ropa de bebé.
La historia completa de su hija “se sabrá a su debido tiempo”, dice.
“Hasta entonces, solo somos una familia haciendo todo lo posible por mi hija y mi nieto.”