Barcelona estalla en violencia mientras la huelga nacional por Palestina se torna caótica

Una huelga nacional por Palestina desata violentos enfrentamientos en las calles de Barcelona.

Foto: @TheObjective_es vía X

BARCELONA se sumió en el caos y se arrestó a quince manifestantes el miércoles 15 de octubre, cuando la huelga general nacional convocada por los sindicatos en solidaridad con Palestina se tornó violenta. Se iniciaron incendios, el transporte se vio paralizado, se destrozaron escaparates y los manifestantes se enfrentaron con la policía antidisturbios al caer la noche sobre la protesta, prevista para durar veinticuatro horas.

La macroprotesta en España, en los principales núcleos del país

La protesta, que recorrió los principales núcleos urbanos de toda España contra el genocidio en Palestina, había sido anunciada desde finales de septiembre y prosiguió a pesar del acuerdo de alto el fuego entre Hamás e Israel firmado el lunes 13 de octubre. Alegando que aún no se ha alcanzado una paz duradera, los sindicatos CCOO y UGT decidieron proseguir con la huelga convocada, en la que tenían derecho a participar todos los trabajadores y estudiantes. Los manifestantes señalaron que el cese de hostilidades no compensa la destrucción ocasionada por el conflicto.

La huelga en Barcelona se desmadra

No obstante, en la capital catalana, Barcelona, la situación se descontroló rápidamente cuando la protesta derivó en violencia: se incendiaron vehículos, la policía antidisturbios empleó spray de pimienta contra los manifestantes y se cortaron arterias principales. En total, fueron arrestados quince manifestantes. Los disturbios se concentraron principalmente en los distritos de Sants y en Manresa.

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En la Plaça Universitat, en el centro de la ciudad, miles de estudiantes cortaron el tráfico en señal de solidaridad. Se desviaron coches y se cortaron calles.

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La huelga también coincidió con la presencia del equipo de baloncesto israelí Hapoel Jerusalem, que jugaba en Barcelona contra el Baxi Manresa. Un grupo de entre veinte y treinta manifestantes intentó bloquear el autobús del equipo sentándose en medio de la calle. La policía antidisturbios inicialmente les permitió permanecer sentados, pero al cabo de un tiempo, cargó contra los manifestantes con porras y gas pimienta. A pesar de las protestas, el equipo de baloncesto logró llegar al pabellón y disputar el partido.

Sobre las 16:45, se congregaron multitudes cerca de una de las estaciones principales de Barcelona, Sants Estació, portando pancartas que rezaban: “¡Del río al mar, Palestina será libre!” Estos incidentes avivaron las tensiones de cara a la marcha programada, que debía dar comienzo a las 18:00.

La marcha convocada degenera en caos: comercios vandalizados y cargas con porras

Durante la marcha, en el distrito de Sants a lo largo de la Carrer de Tarragona, los manifestantes comenzaron a vandalizar establecimientos de grandes corporaciones, como McDonald’s y Burger King, alegando su complicidad con el genocidio palestino. Los alborotadores lanzaron escombros, rompieron escaparates y detonaron bengalas. Los disturbios más intensos tuvieron lugar frente al consulado israelí de Barcelona alrededor de las 20:00, donde se incendiaron contenedores y la policía antidisturbios empleó sus porras contra los manifestantes que intentaban acceder al edificio.

Los servicios de trenes, autobuses y metro se vieron gravemente afectados y quedaron completamente paralizados en algunas zonas de la ciudad, debido a la intensidad de la situación.

Asimismo, los servicios de emergencia confirmaron que tuvieron que atender in situ a un número considerable de manifestantes heridos.

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Gran mayoría de manifestantes pacíficos

Pese a la intensidad registrada en algunas zonas concretas de Barcelona, la violencia se limitó a una pequeña minoría. La mayor parte de los manifestantes completaron la marcha de forma pacífica. Según la policía local, la Guàrdia Urbana, el número total de personas que se echó a la calle para la huelga rondaba los 13.000. Los organizadores afirman que fueron cerca de 50.000 en el conjunto de la ciudad. Además de los servicios de transporte, las instituciones sanitarias y educativas también se vieron afectadas, ya que la mayoría de sus empleados se acogieron a la huelga. Los trabajadores esenciales y los directivos permanecieron en sus puestos para desempeñar servicios mínimos.

Por toda España, se sumaron a la causa más de quinientas secciones sindicales, así como aproximadamente cincuenta organizaciones sociales y laborales.

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