El ministro de Comercio e Industria de la India, Piyush Goyal, anunció que el país introducirá una moneda digital garantizada por el Banco de la Reserva de la India (RBI). El objetivo es desincentivar el uso de criptomonedas privadas que no tienen respaldo soberano o de activos. Goyal explicó que esta moneda digital simplificará las transacciones, reducirá el uso de papel y permitirá pagos más rápidos y rastreables.
Aunque la India no ha prohibido completamente las criptomonedas sin respaldo estatal, las autoridades las gravan fuertemente para desalentar su uso. El ministro destacó que no quieren que la gente tenga problemas con criptomonedas que no tienen respaldo.
Según el Índice de Adopción Global 2025 de Chainalysis, la India, Pakistán y Vietnam lideran la actividad global de criptomonedas. La región de Asia-Pacífico registró un crecimiento en el volumen de transacciones, pasando de 1,4 billones de dólares a 2,36 billones en un año.
Raj Kapoor, de la India Blockchain Alliance, comentó que el gobierno ve la moneda digital del banco central (CBDC) como una parte fundamental de su estrategia fintech. La referencia a que está “garantizada por el RBI” es importante porque busca contrastar la legitimidad y seguridad de la moneda estatal frente a las criptomonedas sin respaldo, como tokens especulativos o memecoins.
Kapoor cree que la India probablemente adoptará un marco regulatorio híbrido que combine la supervisión monetaria y de valores. Esto requeriría que los emisores de criptomonedas tengan reservas verificables en moneda fiduciaria o productos básicos, custodiadas de forma regulada y auditadas por terceros. Esto marca un cambio hacia una supervisión más estricta, favoreciendo los tokens con respaldo de activos sobre los volátiles y sin respaldo.
Monica Jasuja, de la Emerging Payments Association Asia, opina que el plan de la India muestra la intención de fusionar la confianza con la tecnología, similar a un stablecoin garantizado por el estado. Esto indica confianza en el dinero digital regulado sobre la especulación. Para las fintechs, el mensaje es claro: colaborar con el estado, no operar al margen.
Si la India respalda la moneda digital del RBI sobre las stablecoins privadas, los inversores podrían verla como una opción más segura, aunque más limitada. La confianza se desplazaría hacia proyectos alineados con la normativa, en lugar de proyectos especulativos nativos de la cripto.
El RBI ya ha probado la moneda digital en los segmentos minorista y mayorista, lo que le da a la India una ventaja en la implementación de la CBDC. Sin embargo, los observadores de la industria advierten que la incertidumbre regulatoria ha creado un estancamiento burocrático. Se estima que entre el 80-85% del mejor talento en cripto de la India ya se ha trasladado al extranjero, mientras el país lucha por establecer marcos claros para las criptomonedas privadas.
La industria también ha visto con escepticismo las monedas digitales de los bancos centrales, argumentando que se alejan de la tesis central de las cripto al otorgar el control monetario a una autoridad centralizada que opera en blockchains con permisos.
Kapoor plantea preguntas importantes: ¿cómo manejará la India el equilibrio entre privacidad y vigilancia en una CBDC? ¿Será la carga regulatoria para los emisores lo suficientemente baja para permitir una competencia real? ¿Cómo tratará la India las stablecoins extranjeras o los flujos transfronterizos de tokens que no cumplan sus reglas de “respaldo de activos”?