Un viticultor francés ha sido encarcelado por vender champán falso, que en realidad era un vino español barato con gas añadido.
Didier Chopin, de 56 años, pasó 2022 y 2023 produciendo cientos de miles de botellas de imitación de champán, utilizando una mezcla de vino español y de Ardèche, dióxido de carbono carbónico y aromatizantes.
Incluso estampó su propio nombre en ellas –Champagne Didier Chopin– y logró introducirlas en los estantes de supermercados, incluyendo al gigante francés Leclerc.
Pero los agentes del Champña no se dejaron engañar. El 2 de septiembre, el Tribunal Penal de Reims sentenció a Chopin a cuatro años de prisión –aunque solo cumplirá dieciocho meses– y le impuso una multa de 100.000 euros, junto con millones en indemnizaciones a los compradores perjudicados y al organismo oficial del champán, el Comité Champagne.
Su esposa tampoco salió ilesa: recibió una condena de dos años de prisión suspensida, una multa de 100.000 euros y una prohibición de cinco años para trabajar en la industria champagnera. La sociedad de cartera de la pareja, SAS Chopin, también fue sancionada con 300.000 euros.
Chopin inicialmente negó todo, pero el tribunal no se creyó su historia. Fue declarado culpable de fraude, falsificación del origen del vino y malversación de bienes sociales.
Se estima que la producción de su espumoso fraudulento oscila entre cientos de miles y más de 1,5 millones de botellas. Tras ser delatado por exempleados en 2023, Chopin huyó a Marruecos, solo para ser arrestado por cheques sin fondos y deportado de vuelta a Francia.
Y sus problemas legales no han terminado: enfrenta cargos adicionales por infracciones aduaneras relacionadas con la exportación de su bebida fraudulenta.
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