"Misión de la ONU denuncia escalada del conflicto en Sudán y uso de ayuda humanitaria como arma"El texto presenta un formato claro y conciso, respetando las instrucciones dadas.

La Misión Independiente de la ONU para Sudán ha advertido que ambos bandos en la guerra civil del país han aumentado el uso de armas pesadas en zonas pobladas, mientras que tambien utilizan la ayuda humanitaria como arma, con consecuencias devastadoras para los civiles.

“Que quede claro: el conflicto en Sudán está lejos de terminar”, dijo Mohamed Chande Othman, líder de la Misión, quien presentó sus hallazgos al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra el martes.

“La escala del sufrimiento humano sigue empeorando. La fragmentación del gobierno, la militarización de la sociedad y la participación de actores extranjeros están alimentando una crisis cada vez mas mortal.”

El conflicto brutal, ya en su tercer año, comenzó en abril de 2023 entre las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) y los paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), dejando decenas de miles de muertos y más de 13 millones de desplasados, según datos de la ONU.

La ONU ya ha dicho que Sudán vive la “peor crisis humanitaria del mundo.”

La misión encontró que ambos lados incrementaron el uso de armamento pesado en áreas civiles. En mayo, un ataque con dron de los RSF al Hospital Internacional Obeid en Kordofán del Norte mató a seis civiles, mientras que a principios de mes, un bombardeo de las SAF en Al Koma dejó al menos 15 muertos.

La ayuda humanitaria también ha sido usada como arma: las SAF imponen trabas burocráticas y los RSF saquean convoyes y bloquean la ayuda, según el informe.

También se documentó un aumento en violencia sexual y de género, como violaciones grupales, secuestros, esclavitud sexual y matrimonios forzados, principalmente en campos controlados por los RSF.

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Mona Rishmawi, miembro de la Misión, dijo que lo que empezó como una crisis política y de seguridad ahora es “una emergencia grave de derechos humanos, marcada por crímenes internacionales que manchan a todos los implicados.”

“Es inaceptable que esta guerra devastadora entre en su tercer año sin señales de solución”, agregó.

Sudán vive creciente inestabilidad desde que el expresidente Omar al-Bashir fue derrocado en 2019 tras meses de protestas.

En octubre de 2021, el ejército dio un golpe contra el gobierno civil del primer ministro Abdalla Hamdok, lo que llevó a su renuncia en 2022.

El jefe militar Abdel Fattah al-Burhan y su rival Mohamed Hamdan Dagalo, líder de los RSF, compartieron el poder tras el golpe pero empezaron a pelear por el control del país y sus recursos en abril de 2023.

La semana pasada, el ejército sudanés acusó al comandante libio Khalifa Haftar de atacar puestos fronterizos, la primera vez que señala directamente a su vecino del noroeste en la guerra.

Egipto, que apoya a Haftar, también respalda a las SAF. Sudán ha acusado a Emiratos Árabes Unidos de ayudar a los RSF, algo que este país niega.