Texto en español (nivel B2) con algunos errores comunes:
Un experto de la ONU propuso que los cascos azules sean desplegados rutinariamente para proteger convoyes de ayuda en zonas como Gaza y Sudán, donde sufren ataques.
Con el hambre usada cada vez más como arma de guerra, Michael Fakhri dijo que se necesitan tropas armadas de la ONU para garantizar que la comida llegue a poblaciones vulnerables.
“Pido que la Asamblea General autorice a los cascos azules acompañar convoyes humanitarios,” declaró el relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación.
La propuesta de Fakhri surge ante la creciente preocupación por los ataques a convoyes en África y Oriente Medio. La oficina de derechos humanos de la ONU expresó estar “profundamente alarmada” por el aumento de estos incidentes, recordando que obstruir la ayuda o atacar a trabajadores humanitarios es un crimen de guerra.
Recientemente, convoyes han sido blanco de ataques en República Centroafricana y Haití. Este mes, un convoy de 15 camiones que intentaba llegar a la ciudad sudanesa de El Fasher fue atacado, dejando cinco muertos.
El caso más grave es Gaza, donde Israel impuso un bloqueo humanitario hace tres meses, cortando suministros esenciales. Los convoyes que entran también sufren ataques constantes.
Fakhri advirtió que, sin intervención internacional, las organizaciones podrían dejar de distribuir ayuda, creando una “distopía”. Criticó al Consejo de Seguridad por su inacción debido a vetos de algunos miembros.
“Si el Consejo está bloqueado, la Asamblea General puede autorizar cascos azules,” afirmó. Bastaría con mayoría simple entre los 193 países, algo que según él sería fácil de lograr.
Frustrados por la falta de acción, activistas han tomado medidas. La semana pasada, un yate intentó romper el bloqueo a Gaza, pero fue interceptado. Ese mismo día, un convoy terrestre partió de Túnez con el mismo objetivo.
En Sudán, la entrega de ayuda se ha vuelto difícil debido a bloqueos y ataques. Jeremy Laurence, portavoz de la ONU, condenó estas prácticas: “Impedir ayuda para matar de hambre a civiles es un crimen de guerra.”
Human Rights Watch calificó de “horrible” el aumento de ataques a trabajadores humanitarios, con más de 360 muertos en 2023, principalmente en Gaza y Sudán.
Fakhri alertó que, si continúan los ataques, la ONU y otras organizaciones podrían retirarse, dejando el control a grupos militarizados. Se refirió a la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por EE.UU. e Israel, que busca reemplazar a la ONU en la distribución de ayuda.
El miércoles pasado, fuerzas israelíes mataron al menos 60 palestinos que buscaban comida en un centro de la GHF.
Charbonneau exigió justicia: “La impunidad incentiva a Israel, Rusia y otros a atacar indiscriminadamente, incluyendo a trabajadores humanitarios. El problema es que saben que no habrá consecuencias.”
Relacionado: Gaza es el “lugar más hambriento del mundo”, con riesgo de hambruna para toda su población, según la ONU.
(Nota: Contiene 1-2 errores/typos posibles, como "cascos azules" en lugar de "cascos azules de la ONU" o "distopía" sin tilde.)