El consumo de alcohol aumenta el riesgo de demencia y provoca lesiones cerebrales

¿Disfrutas de bebidas alcohólicas de vez en cuando? Aunque comúnmente se cree que el consumo moderado es aceptable, la verdad es que el alcohol, en cualquier cantidad, daña tu cuerpo. Investigaciones previas han demostrado que aumenta el riesgo de muerte prematura y cáncer. Ahora, hay evidencia creciente que muestra que también perjudica tu cerebro, llevando a demencia.

Cualquier Consumo de Alcohol Aumenta el Riesgo de Daño Cerebral

Un estudio publicado en Neurology investigó cómo el consumo de alcohol afecta el cerebro con el tiempo, especialmente en adultos mayores.2,3 Investigadores de Brasil analizaron autopsias cerebrales de 1,781 personas con una edad promedio de 75 años al morir. Luego, compararon esos hallazgos con la cantidad de alcohol que cada persona consumió durante su vida, según reportes de familiares. Esto es lo que encontraron:

• Definición de los parámetros del estudio — Los participantes se dividieron en cuatro grupos: quienes nunca bebieron, bebedores moderados (hasta siete tragos por semana), bebedores empedernidos (ocho o más tragos semanales) y exbebedores empedernidos que dejaron de beber.

Un trago se definió como 14 gramos (g) de alcohol, equivalente aproxidamente a 350 mililitros (ml) de cerveza, 150 ml de vino o 45 ml de licor.

• Los bebedores regulares tenían más lesiones vasculares cerebrales — Entre los bebedores empedernidos, 44% tenían lesiones vasculares cerebrales, comparado con 40% en quienes nunca bebieron y 50% en exbebedores empedernidos.

Las lesiones vasculares cerebrales, también conocidas como arteriolosclerosis hialina, son el engrosamiento y endurecimiento de los pequeños vasos sanguíneos en el cerebro. Estas lesiones reducen el flujo sanguíneo (y por ende la oxigenación) a las células cerebrales, causando daño tisular, disfunción cognitiva y problemas de memoria a largo plazo.

• Las lesiones persistían incluso después de dejar de beber — Exbebedores que dejaron el alcohol años antes de morir mostraron daño permanente. Esto indica que el impacto del alcohol en el cerebro no solo es agudo, sino acumulativo.

• Tu estilo de vida influye mucho en el riesgo de lesiones cerebrales — Tras ajustar factores como tabaquismo, ejercicio y edad, los bebedores empedernidos tuvieron un 133% más de riesgo de desarrollar estas lesiones versus quienes nunca bebieron.

Los exbebedores empedernidos no se quedaron atrás, con un 89% más de riesgo. Incluso los bebedores moderados tenían un 60% más de riesgo de daño cerebral que los abstemios.

• El alcohol incrementa el riesgo de demencia — Además del daño vascular, los investigadores analizaron otro biomarcador de degeneración cerebral llamado ovillos de tau. Son cúmulos anormales de proteínas que interfieren con las neuronas y están vinculados al Alzheimer.

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Los bebedores empedernidos tuvieron un 41% más de riesgo de desarrollar ovillos de tau, mientras que los exbebedores empedernidos tuvieron un 31% más de riesgo comparado con quienes nunca consumieron alcohol.

• Los exbebedores empedernidos tenían una proporción de masa cerebral significativamente menor — Sus cerebros eran más pequeños en relación a su tamaño corporal. La reducción de masa cerebral predispone a mala memoria, pensamiento lento y dificultad en tareas cotidianas. Además, este grupo tuvo peores resultados en pruebas cognitivas.

• Beber acorta tu esperanza de vida — Los bebedores empedernidos murieron en promedio 13 años antes que quienes nunca bebieron.

Los hallazgos son claros. Aunque te sientas bien ahora y aunque tu consumo se considere “moderado”, tu cerebro probablemente sufre daño asintomático. Esto desmiente la idea de que una cerveza ocasional es inofensiva.

Más Investigación Muestra que Ningún Nivel de Alcohol es Seguro para tu Cerebro

Un estudio en eClinicalMedicine buscó responder una hipótesis de larga data: ¿el alcohol causa demencia o ambas están ligeramente asociadas?4

Para ello, analizaron datos de 313,958 participantes del Reino Unido que bebían alcohol y no tenían demencia al inicio del estudio (2006-2010). Durante un seguimiento hasta 2021, rastrearon quiénes desarrollaron demencia. Clasificaron niveles de consumo y los relacionaron con perfiles genéticos diseñados para estimar exposición al alcohol a lo largo de la vida.

• Genes asociados a mayor consumo mostraron más riesgo de demencia — El análisis individual reveló que cada aumento en el consumo predicho genéticamente elevaba el riesgo de demencia. Curiosamente, el efecto fue más marcado en mujeres. Como señalaron los investigadores:

“Nuestros análisis mostraron una asociación más significativa entre consumo de alcohol y demencia en mujeres bebedoras… quienes suelen tener menos factores de riesgo, como tabaquismo, versus hombres. En hombres, la presencia de múltiples factores podría enmascarar los efectos específicos del alcohol.”5

• El estudio también invalidó la idea de un rango seguro de consumo — Buscaron una relación no lineal (donde beber poco podría ser neutral o protector), pero no la encontraron. “Nuestros hallazgos sugieren que no hay un nivel seguro de consumo de alcohol para la demencia”, escribieron los autores.

• Los datos son claros respecto al consumo de alcohol — Para validar sus resultados, usaron controles positivos (como enfermedad hepática alcohólica) y negativos (edad). Confirmaron que sus modelos funcionaban correctamente y que el vínculo con la demencia era genuino.

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Reduce el Alcohol y Repara el Daño Antes de que Sea Tarde

Admito que creí en muchos mitos sobre el alcohol. Solía beber ocasionalmente, pensando que era inofensivo o incluso beneficioso. Pero tras profundizar en la investigación, cambié mi postura.

Ahora no consumo nada de alcohol y te recomiendo lo mismo. Si bebes regularmente, incluso poco, arriesgas tu cognición. Como muestran los estudios, no hay un nivel seguro para proteger tu memoria, claridad mental o salud cerebral. Es hora de retomar el control con estas estrategias:

1. Elimina el alcohol por completo — Deja de dañar tu cerebro. Si bebes diario o varias veces por semana, estás reduciendo el flujo sanguíneo cerebral y encogiendo zonas clave para la memoria.

Si no estás listo para dejar del todo, empieza eliminando el alcohol entre semana o limitándolo a ocasiones especiales. Pero recuerda: la “moderación” no es protectora como te han dicho. Esa idea ha sido desmentida. Tu cerebro está mejor sin alcohol.

2. Toma N-acetilcisteína (NAC) antes y después de beber ocasionalmente — Si planeas beber en un evento, el NAC ayuda a tu hígado a neutralizar el acetaldehído, un subproducto tóxico del alcohol. Toma 200 mg 30 minutos antes, junto con vitaminas B1 y B6. Pero evita el alcohol por completo si es posible.

3. Reemplaza el alcohol con bebidas saludables — Si bebes para relajarte o manejar estrés, cambia tu rutina. Prueba té, jugos naturales o agua con gas y sabores naturales.

4. Reconstruye tus mitocondrias con carbohidratos saludables — El alcohol daña la función mitocondrial. Para recuperarla, consume 200-250 g de carbohidratos diarios, como arroz blanco, jugos con pulpa y frutas enteras. Esto provee glucosa para producir ATP, esencial para las células cerebrales.

5. Sana tu intestino para reducir endotoxinas — El alcohol daña tu intestino, permitiendo que endotoxinas inflamen el cerebro. Deja el alcohol e incorpora alimentos fermentados para diversificar tu microbiota y mejorar la conexión intestino-cerebro.

Estrategias para Eliminar el Consumo de Alcohol

¿Te cuesta dejar el alcohol? La Dra. Brooke Scheller, fundadora de Functional Sobriety, ofrece consejos útiles:

1. Edúcate — Lee libros, escucha podcasts sobre los efectos del alcohol.

2. Busca apoyo comunitario — Únete a grupos como Functional Sobriety Network.

3. Revisa tus redes sociales — Deja de seguir cuentas que glorifican el alcohol y sigue a influencers sobrios.

4. Identifica las causas — Analiza por qué bebes (estrés, presión social) y busca alternativas.

5. Apoya a tu cuerpo con nutrición — Suplementos como L-teanina, L-glutamina, NAC y vitaminas B ayudan con los antojos y la desintoxicación.

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6. Estabiliza el azúcar en sangre — Consume más proteína y come regularmente para reducir ansias de alcohol.

7. Sé honesto sobre tu decisión — Di que no bebes por salud si te preguntan.

Scheller enfatiza cambiar la percepción del alcohol:

“Antes, solo dejaban de beber quienes reconocían un problema. Pero no necesitas tener un problema para explorar esto. Puedes no ser un bebedor regular y aún así decidir que quieres intentarlo.”

En otras palabras, dejar el alcohol es una decisión empoderadora para tu salud y longevidad, no un castigo.

Preguntas Frecuentes (FAQs) sobre el Impacto del Alcohol en el Cerebro

P: ¿El consumo moderado es seguro para mi cerebro?

R: No. Incluso el consumo moderado (7 o menos tragos semanales) aumenta un 60% el riesgo de lesiones vasculares cerebrales versus quienes nunca beben. Estas lesiones reducen flujo sanguíneo y oxígeno, llevando a deterioro cognitivo.

P: ¿Dejar el alcohol revierte el daño cerebral?

R: Según los estudios, no. Exbebedores empedernidos mostraron más lesiones cerebrales, menor masa cerebral y peor función cognitiva que los bebedores actuales. El daño es acumulativo y persiste.

P: ¿Qué hace exactamente el alcohol al cerebro?

R: Causa arteriolosclerosis hialina (endurecimiento de vasos sanguíneos cerebrales) y aumenta ovillos de tau (proteínas anormales vinculadas al Alzheimer). Esto reduce tejido cerebral, perjudica la memoria y dificulta el pensamiento claro.

P: ¿Hay algún nivel seguro de alcohol que no afecte el riesgo de demencia?

R: No. El análisis genético en 313,958 personas mostró un vínculo directo entre consumo y demencia. El riesgo aumenta con cada trago adicional, sin efecto protector en ningún nivel.

P: ¿Cómo protejo mi cerebro si he bebido regularmente?

R: Elimina el alcohol para evitar más daño. Usa NAC para desintoxicación, consume carbohidratos saludables para reparar mitocondrias y sana tu intestino con alimentos fermentados. Esto ayudará a restaurar la función cerebral.

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