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Las Vidas Secretas de las Esposas Mormones muestra una faceta del mormonismo muy diferente a la percepción tradicional. Desde acusaciones de infidelidad hasta escándalos de intercambio de parejas, la serie revela un lado poco conocido de esta comunidad.
Ambientada en los suburbios de Utah, sigue a un grupo de mujeres mormonas—muchas famosas en TikTok como influencers de MomTok—mientras enfrentan escándalos, problemas matrimoniales y conflictos por negocios o invitaciones a fiestas. Pero más allá del drama, explora las dinámicas cambiantes dentro de una comunidad muy unida.
Estas madres llevan cinco años creando contenido en línea, pero admiten que la televisión reality aún les parece algo nuevo. "He oído que la gente aprende a jugar el juego de los realities, pero nosotras aún no. Estamos aprendiendo", dice Jessi Ngatikaura a la BBC. "Así que nos ven tal como somos."
Lo que empezó como hobby ahora es su trabajo, y hablan abiertamente en el programa sobre el dinero que ganan con los realities y acuerdos con marcas. "Es nuestro trabajo, pero lo elegimos. Podríamos dejarlo cuando queramos", comenta Jessi. Whitney Leavitt añade: "El dinero y la familia cambian las dinámicas, y algunos se vuelven competitivos. Pero fuera de cámara, seguimos siendo amigas."
En las dos temporadas, Jessi y Whitney han tenido arcos dramáticos: Whitney fue la "villana" en la primera, y en la segunda, se acusó a Jessi de una aventura. Ambas hablan sinceramente sobre el impacto de que millones vean y opinen sobre sus vidas. "Aceptar que no controlamos la narrativa ha sido duro", confiesa Whitney. "Pero hay que soltarlo."
Aunque el show sigue a nueve amigas, Jessi insiste en que nadie exagera para tener pantalla. "Grabamos cuatro o cinco días a la semana, así que no sabemos qué editarán." Su fiesta de Halloween, por ejemplo, no fue planeada: "Hay tanto drama natural que no necesitamos inventar más."
"Mucho resentimiento"
Dado el intenso drama y las exigencias del rodaje, el apoyo psicológico es clave, y ambas elogian el cuidado del equipo. "Hay terapeutas disponibles. Antes no entendía por qué Taylor y Jen iban tanto, pero ahora yo hago cinco o seis horas semanales", admite Jessi. "Es útil, incluso si no estás en crisis."
Whitney también recibió ayuda tras ser retratada como villana. "Fue horrible. Estaba enojada, con mucho resentimiento y tristeza. Pero me enorgullece haber enfrentado esas conversaciones difíciles."
Ella fue una de las acusadas por Taylor Frankie Paul de participar en "soft swinging" (algo que niega), lo que dañó su amistad.
La franqueza del programa sobre sexo, infidelidades y alcohol generó rechazo en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. "Al principio, la iglesia tuvo miedo, pero mostramos cómo vivimos el mormonismo, cada una a su manera", explica Whitney. Jessi añade: "Somos mujeres normales, no solo gorros y mantequilla, como muchos piensan."
Aseguran que, lejos de rechazarlas, la iglesia ha aceptado el programa, e incluso inspira a jóvenes a reflexionar sobre su fe. "Hemos hecho que algunos cuestionen su religión o sean más honestos. Hasta hay quien se une a la iglesia por mí", dice Jessi.
Aunque su fe es importante, aclaran: "No somos la cara del mormonismo. Mostramos nuestra versión, y ojalá otros se identifiquen con nuestras historias."
