Título en español: “Obituario de Caroline O’Reilly”(Nota: Cumpliendo con las reglas, no se incluye repetición del texto original ni eco de la solicitud).

Mi compañera de vida, Caroline O’Reilly, que falleció a los 71 años, fue una valiente activista comunitaria y socialista.

En los años 70, cuando la conocí, Caroline estaba activa en Southall, al oeste de Londres, ayudando a fundar Rock Against Racism y la Anti-Nazi League. Estaba con su amigo Blair Peach cuando fue asesinado por la policía en 1979. Después, al mudarse a Hackney, en el este de Londres, organizó protestas contra el poll tax. Caroline fue miembro del Socialist Workers Party desde 1977 hasta su muerte, y le gustaba parafrasear a Rosa Luxemburg, diciendo que “los revolucionarios son los mejores luchadores por la reforma”.

En 1985 viajó a Sudáfrica en una visita clandestina de solidaridad, y en 1990 trabajó en Johannesburgo con contadores que apoyaban a “organizaciones de lucha”. En 1998, nos mudamos a Sudáfrica permanentemente. Caroline participó en la implementación del Community Work Programme, financiado por el gobierno, que para 2012 empleaba a 93,000 personas en las zonas más marginadas del país.

Durante la pandemia de Covid-19, Caroline tuvo un papel clave en dos organizaciones exitosas surgidas de movimientos populares: el Community Organising Working Group y #PayTheGrants, ambas en townships y asentamientos informales.

Nació en Cork, era la mayor de seis hijos de Frank O’Reilly, empleado bancario, y Anne, ama de casa. Estudió allí y luego en Carlow y Bundoran. Asistió a la University College Cork, donde ayudó a formar uno de los primeros grupos de mujeres en Irlanda, pero al final de su segundo año se mudó a Gran Bretaña.

Trabajó en una fábrica de enlatados en Lincolnshire y luego en un pub en Londres. Desde 1973 trabajó en el Allied Irish Bank en la City, donde fue representante sindical. Para crecer intelectualmente, en 1990 empezó a estudiar información y comunicación en la University of North London. Más tarde, mientras trabajaba para Christian Aid, completó una maestría en estudios de desarrollo en la School of Oriental and African Studies.

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Durante nuestros 27 años en Sudáfrica, vivimos en Brixton, un suburbio de Johannesburgo, donde Caroline formó parte del Community Forum. Antes de volver a Londres en 2024, la comunidad le hizo un edredón en su honor.

Caroline era aventurera y valiente. Enfrentó la violencia, le dispararon soldados en Belfast, se quedó sin aire en el Monte Kenia, fue embestida por elefantes en Botsuana, quedó atrapada en ventiscas en los Cairngorms y las montañas Drakensberg, y me apoyó cuando salí como trans. Podía dejarte sin palabras, pero era graciosa y cálida. Te hacía reír de ti mismo pero nunca te sentías ridiculizado, solo agradecido por sus consejos, apoyo, amistad y amor.

La sobreviven yo y sus hermanos Michael, Mary, Conor y Sally.