Aumento de la delincuencia en Orihuela Costa despierta llamados a refuerzos policiales.

Una oleada de crímenes violentos ha dejado a los residentes de Orihuela Costa conmocionados, tras un reciente tiroteo que dejó gravemente herido a un hombre y un intento de secuestro apenas unos días después.

Los residentes locales están exigiendo refuerzos inmediatos para las fuerzas del orden y medidas de seguridad más estrictas, ya que el miedo se extiende por toda la comunidad costera.

El tiroteo ocurrió el 13 de mayo en La Zenia, un bullicioso distrito conocido por sus restaurantes y centros comerciales. La víctima sigue en estado crítico y la investigación de la Guardia Civil está en curso. Las autoridades aún no han revelado todos los detalles, pero fuentes confirman que el ataque ocurrió cerca de varios lugares turísticos populares.

Solo días después del tiroteo, un intento de secuestro perturbó aún más a la comunidad. El incidente, que tuvo lugar el pasado lunes, fue evitado por poco cuando la víctima prevista logró escapar. Los testigos describieron el vehículo de los sospechosos como un Volkswagen Golf gris o un Mazda familiar. El grupo vecinal Unidos por la Costa fue informado por la Policía Local y emitió rápidamente una alerta pública en las redes sociales solicitando testimonios de testigos.

Sin embargo, la capacidad de la ciudad para comunicarse eficazmente se ha visto obstaculizada por la inactividad continua de los canales oficiales de redes sociales de la Policía Local, en silencio desde abril debido a una disputa entre el ayuntamiento y el comisario jubilado José María Pomares. Los residentes argumentan que este silencio solo ha profundizado la ansiedad pública y ha afectado la seguridad comunitaria.

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Unidos por la Costa está pidiendo ahora una revisión integral de las estrategias de seguridad pública. Sus propuestas incluyen desplegar más unidades de patrulla, extender las horas en el centro de emergencias, proporcionar servicios de intérpretes para residentes internacionales, restablecer actualizaciones de la policía en línea e introducir tecnologías de vigilancia como drones y cámaras de seguridad.

La coalición gobernante PP-Vox también fue criticada por no utilizar completamente el gran centro de emergencias del área, señalando una falta de personal, en particular la falta de bomberos y equipos de protección civil, y solo una presencia policial mínima.

Hablando con The Leader el jueves, el Concejal de la Costa, Sr. Manuel Mestre, reconoció que la seguridad es una preocupación, y señalamos ejemplos de eventos recientes.

También planteamos preocupaciones sobre el uso ineficiente de los recursos policiales limitados, señalando que enviar tres coches patrulla a un bar por la música alta no es una respuesta apropiada.

Además, preguntamos sobre un aumento en el número de policías y guardias civiles asignados a la costa, a lo que el concejal prometió hacer un seguimiento.

Con una población que alcanza más de 100,000 habitantes en temporada alta y un diseño urbano extenso, Orihuela Costa plantea desafíos únicos para la policía. Muchas residencias permanecen desocupadas durante los meses fuera de temporada, convirtiéndose en objetivos principales para el ocupación ilegal, un problema particularmente agudo en áreas como Cabo Roig.

Aunque los funcionarios locales lanzaron un equipo de trabajo el año pasado para combatir la ocupación ilegal de viviendas y han informado de una disminución en los incidentes, los residentes insisten en que se debe hacer más.

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La preocupación pública por la seguridad alcanzó un punto crítico en noviembre pasado tras el asesinato de Cloe, de 15 años, presuntamente por dos amigos de 17 años. Su muerte puso de manifiesto problemas de larga data en la zona: mala iluminación, propiedades abandonadas utilizadas para drogas y fiestas, y una falta general de infraestructura. La famosa “Casa China” en La Florida, durante mucho tiempo un lugar de actividad ilegal, simboliza estos problemas más amplios.

En respuesta a la tragedia, la policía actuó sellando varias propiedades inseguras y multando a los propietarios por negligencia. Sin embargo, persisten las preocupaciones, especialmente en el IES Playa Flamenca, la escuela a la que asistían tanto Cloe como sus presuntos asesinos. Los padres siguen informando de consumo de drogas, armas y violencia en y cerca del campus.

Añadiendo a la sensación de inseguridad, una familia fue confundida y apuntada con un arma en su casa de Lomas de Cabo Roig poco antes del asesinato de Cloe cuando intrusos armados entraron en la dirección equivocada. Los residentes creen que estos eventos no son aislados, sino síntomas de un patrón creciente y peligroso.

Con la presión aumentando tanto de los residentes como de los grupos de defensa, los líderes de Orihuela Costa se enfrentan una vez más a llamadas urgentes para restablecer el orden y la seguridad en una comunidad al borde del abismo.