El experto en fotografía y curador del Museo Metropolitano de Arte, Jeff L Rosenheim, cree que las cámaras están profundamente entrelazadas con la historia estadounidense. “Siempre me ha atraído la fotografía porque tiene este principio democrático de base”, me dijo. “Llegó de Europa en 1839, y ¿qué íbamos a hacer con ella? ¿Cómo jugó la cámara un papel en convertirnos en el país que esperábamos ser?”
Rosenheim ve las cámaras como promotoras de los principios antiautoritarios en los que se fundó América, ayudando a los individuos a poseer sus identidades y documentar su mundo. Su nueva exposición en The Met, The New Art: American Photography, 1839-1910, aspira a ofrecernos nuevas formas de ver precisamente cómo ocurrió eso. Docenas de retratos de estadounidenses comunes muestran una fascinante historia del pueblo de los Estados Unidos, al mismo tiempo que revelan una clase media profundamente comprometida en el proceso de descubrir su identidad, tanto como consumidores como participantes en esta joven y rápidamente desarrollada democracia. “Los retratos fotográficos desempeñan un papel en que las personas sientan que podrían ser ciudadanos”, dijo Rosenheim. “Es algo psicológico y empoderador poseer tu propia imagen”.
Unknown Maker – Fotógrafo de estudio en el trabajo ca 1855. Fotografía: The Metropolitan Museum of Art
Cubriendo un período en el que Estados Unidos estaba descubriendo exactamente para qué servía la fotografía, The New Art ofrece aproximadamente 250 fotografías que capturan el día a día del experimento estadounidense en acción. Con su inmediatez y franqueza, estas fotos ofrecen nuevas posibilidades para registrar la historia que simplemente no estaban disponibles antes de la invención de la cámara. “La colección está llena de las historias cotidianas de la gente”, dijo Rosenheim, “y no creo que la pintura pueda tocar eso”.
Aunque The New Art incluye obras de algunos gigantes reconocidos del género, está compuesta en su mayoría por el trabajo de creadores olvidados y anónimos. Las obras están dominadas por retratos de estudio, probablemente la única imagen de sí mismos que una persona de la época hubiera poseído durante toda su vida. Los espectadores también se sorprenderán al ver los tipos de imágenes juguetonas que recuerdan a personas emocionadas por las posibilidades de un nuevo juguete creativo.
Esta última categoría incluiría una memorable, aunque algo aleatoria, foto de una vaca en un campo, un perro de pie en una silla y una especie de naturaleza muerta de una bota cuidadosamente colocada en un patín. Rosenheim estaba particularmente enamorado de la naturaleza muerta de la bota por lo extraño de todo. “Es como, ¿qué es esta imagen, el misterio de esto?” me dijo. “El fotógrafo tuvo que resolver un problema para hacer una composición de naturaleza muerta, así que me encanta esto. Es como este objeto fantástico, y plantea más preguntas de las que responde. En eso, es muy emblemático de toda la fotografía estadounidense del siglo XIX”.
Unknown Maker – Patín y bota, década de 1860. Fotografía: The Metropolitan Museum of Art
De hecho, una de las delicias de The New Art es ver tanta individualidad y personalidad aportadas a una época que en gran medida se reduce a estereotipos de velos estirados y rostros serios. Aunque hay muchos retratos que huelen a la gravedad de un evento único en la vida, también hay imágenes que capturan la verdadera idiosincrasia de la época: una foto de un hombre con su ardilla mascota, la palabra “bienvenida” escrita con lo que parecen ser hojas de helecho, un hombre con un traje extraño simplemente etiquetado como “Batman” y un retrato de un gato acurrucado con un conejo. Insinúan lados ocultos de la humanidad estadounidense que bien podrían haber sido preservados en el registro histórico si las personas de la época hubieran podido hacer imágenes permanentes tan simplemente y sin pensar como podemos hacerlo hoy en día.
“El aspecto de redes sociales de nuestra fotografía comienza en su nacimiento”, dijo Rosenheim. “Ciertamente en Estados Unidos, era el arte del pueblo”.
Unknown Maker – Joven con gallo, década de 1850. Fotografía: The Metropolitan Museum of Art
The New Art también muestra la agitación de una nación aún joven en medio de los dolores y convulsiones de una difícil etapa de crecimiento. Hay retratos de personas anteriormente esclavizadas, incluidos algunos que muestran cicatrices de la época anterior a la libertad. Hay el curiosamente moderno retrato de Lewis Payne, con las manos esposadas mientras espera justicia por conspirar para asesinar a Abraham Lincoln. Hay una escena callejera del pueblo fronterizo de Brownsville, Texas, y numerosas fotos de nativos americanos. “Esta es una forma de arte que llegó a la mayoría de edad antes de la guerra civil”, dijo Rosenheim, “luego va a esa guerra, y es parte de la Reconstrucción y después de eso”.
Las fotografías que Rosenheim está exhibiendo provienen de la colección de William L Schaeffer, nombrada en honor a un coleccionista en gran medida desconocido en Connecticut rural que las reunió a lo largo de 50 años. Rosenheim ha conocido a Schaeffer durante décadas y siempre ha querido mostrar su colección en el museo. “Él simplemente seguía guardando estas fotos como una ardilla”, dijo Rosenheim. “Cosas que él no sabía si eran comunes o poco comunes porque esa historia no se contaba. No estaba comprando la mayoría de las cosas en subastas, las encontraba en mercadillos”.
Josiah Johnson Hawes – Invierno en el Common, Boston, principios de la década de 1850. Fotografía: The Metropolitan Museum of Art
Lo emocionante para Rosenheim es que la colección Schaeffer no solo se suma a las colecciones de fotografías que ya son conocidas, sino que abre nuevas fronteras en nuestra comprensión de lo que puede ser la fotografía. “Es una colección muy idiosincrática”, dijo, “y es una producción que amplía el canon. Lo grandioso de la fotografía estadounidense es que es un canon en constante expansión”.
The New Art es una exposición deliciosamente variada y continuamente sorprendente que sugiere cuánto podrían un día mostrarnos las fotografías, si coleccionistas como Schaeffer y curadores como Rosenheim continúan encontrándolas y llevándolas al público.
“Escucho a Walt Whitman cuando miro estas fotos”, dijo Rosenheim. “cantando las canciones de la gente en todas partes, ya sea el carnicero, el panadero o el fabricante de candelabros. Esa es la nostalgia, ahí es donde la piedad de esta exposición realmente me conmueve”.
The New Art: American Photography, 1839–1910 está en exhibición en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York hasta el 20 de julio