Por Alessio Ghirlanda en Madrid
La tensión ha estallado en un barrio del norte de Madrid después de que residentes, hastiados, se enfrentaran a un violento grupo de ocupas durante el fin de semana. El resultado fue la detención de catorce personas y un fuerte despliegue policial.
Los vecinos del distrito de Barajas, cercano al aeropuerto de la ciudad, establecieron patrullas las 24 horas frente a un edificio de oficinas en desuso en la calle Trespaderne, el cual lleva ocupado ilegalmente los últimos cinco meses.
Esto se produjo tras un aterrador incidente el viernes, cuando, presuntamente, los ocupas arrojaron trozos de cristal a transeúntes, lo que motivó llamadas de emergencia y una rápida respuesta de los antidisturbios.
Durante el fin de semana, se desplegaron más de cincuenta agentes en la zona. El viernes fueron detenidos dos ocupas, otros dos el sábado y diez más el domingo; varios de ellos fueron hallados, según informes, portando armas improvisadas, como navajas caseras y estacas de madera afiladas.
Los residentes afirman que el grupo ha estado causando estragos desde que tomó el edificio, abandonado desde hace años.
“Ya no podemos más”, declaró un vecino al Olive Press. “Antes esta era una zona segura y familiar. Ahora tenemos miedo de salir. Nuestros hijos son prisioneros en sus propias casas.”
Los lugareños relatan una serie de delitos graves vinculados a los ocupas, que incluyen agresiones, robos, amenazas e incendios provocados.
En un incidente escalofriante, un hombre intentó arrastrar a una niña al interior del edificio, pero ella logró escapar.
Otro vecino describió una aterradora pelea en la que un ocupra le estrelló una botella de cristal en el brazo a un joven ‘solo por mirar de forma inapropiada’ a su novia.
Una mujer mayor, que ha vivido en la zona sesenta y cinco años, afirmó que la situación es más que desesperada:
“Ya ni siquiera podemos tender la ropa fuera, porque nos la roban. Incluso intentaron atracar la farmacia local y le gritaron al farmacéutico cuando se negó a darles medicamentos.”
Con la confianza en las autoridades locales cada vez más debilitada, los residentes han iniciado sus propias patrullas de seguridad vecinal, complementando la presencia policial con turnos rotativos de vigilancia.
Se ha organizado una protesta para hoy, martes, a las 19:00, pero crece el temor a una escalada después de que, según se rumorea, los ocupas hayan llamado a refuerzos de un hotel ocupado cercano.
“Esta será una protesta pacífica”, aseguró uno de los organizadores. “Pero estamos dispuestos a mantener los piquetes el tiempo que sea necesario.”
El edificio de Trespaderne llevaba abandonado más de quince años antes de la ocupación, y los residentes culpan de la crisis a años de dejadez institucional.
“Este problema se podría haber evitado”, comentó un trabajador del aeropuerto que reside en el distrito desde hace cuarenta años. “Ese edificio se mencionó una y otra vez en las reuniones del ayuntamiento. Nunca se hizo nada.”
Las estimaciones sugieren que alrededor de cincuenta ocupas viven ahora en el bloque, pero los vecinos insisten en que solo un pequeño grupo es responsable de la violencia y la intimidación.
“Algunos genuinamente no tienen otro lugar a donde ir”, admitió un residente. “Pero están siendo aprovechados. Incluso hemos oído que algunos les pagan un alquiler a los ocupas más agresivos.”
Los vecinos claman ahora por una intervención urgente de las autoridades antes de que la crisis se descontrole aún más.
“Necesitamos ayuda, ayuda de verdad”, dijo otro vecino. “Si las instituciones no actúan, esto no acabará nunca.”
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