Wimbledon reemplaza a los jueces de línea por un sistema de IA
Los jugadores como Jack Draper y Emma Raducanu han expresado su frustración por decisiones cuestionables
A pesar de su precisión, el sistema de IA de Wimbledon ha tenido fallos que provocaron críticas entre los fans
Wimbledon causó revuelo este año al eliminar completamente a los jueces de línea humanos, reemplazándolos con un sistema de IA diseñado para hacer llamadas automáticas con gran precisión. Pero aunque la tecnología acierte en la mayoría de los casos, también está generando frustración entre jugadores y aficionados. Han llegado quejas sobre llamadas fallidas o retrasadas, anuncios inaudibles y falta de transparencia cuando algo sale mal.
Hawk-Eye Live, un sistema compuesto por cámaras de alta velocidad y procesamiento de IA, ahora se encarga de todas las decisiones de línea en Wimbledon. Se supone que es más preciso que los humanos, pero los jugadores han tenido problemas para escuchar las llamadas. Yue Yuan incluso pidió al árbitro en su partido que subieran el volumen de la IA.
Jack Draper, después de perder contra Marin Cilic, dijo que desconfiaba de la precisión de la IA en varias jugadas. Emma Raducanu también mencionó un problema similar tras perder contra Aryna Sabalenka, asegurando que una llamada fue claramente errónea. Peor aún, cuando Sonay Kartal estaba a punto de ganar contra Anastasia Pavlyuchenkova, el sistema de IA se apagó. El All England Club se disculpó, explicando que el error fue causado por una desactivación accidental en el servidor.
El debate sobre la IA
No todos los torneos usan IA. Roland Garros sigue con jueces humanos. La diferencia es el poder: si un árbitro se equivoca, se puede apelar. Pero con la IA de Wimbledon, no hay discusión. El club insiste en que el sistema es más justo, pero los jueces desplazados no están contentos. Más de 300 perdieron su trabajo este año, y algunos protestaron fuera del estadio.
Wimbledon lleva años avanzando hacia la IA, y otros torneos ya prescindieron de los jueces de línea. Pero quizás no es solo cuestión de máquinas. Wimbledon es un torneo lleno de tradición, y al eliminar a los jueces y sus gestos típicos, se pierde parte de su esencia. Sin esos detalles humanos, Wimbledon se reduce solo a golpear una pelota entre dos raquetas.
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