Dos miembros de la tripulación de cabina resultaron heridos cuando una fuerte turbulencia azotó un vuelo de Ryanair con origen en Vitoria y destino a Palma el domingo por la tarde. Los servicios de emergencia acudieron a la aeronave a su llegada al Aeropuerto de Palma, donde se atendió a los empleados lesionados después de que los pasajeros reportasen momentos de pánico durante el trayecto.
La turbulencia se produjo cuando el avión se preparaba para aterrizar en Palma, donde ya se habían pronosticado tormentas y fuertes lluvias para esa noche en Mallorca. Según los informes, la tripulación realizaba las comprobaciones de seguridad cuando la aeronave sacudió bruscamente. Una auxiliar fue lanzada contra el techo, mientras que otra fue golpeada por el carto de servicio que empujaba.
La mayoría de los auxiliares de vuelo se encontraban de pie en ese momento, lo que los dejó vulnerables al violento movimiento del avión. Había alrededor de 180 pasajeros a bordo que describieron haberse visto seriamente conmocionados por la intensidad de la turbulencia, que irrumpió sin previo aviso tras lo que había sido, por lo demás, un viaje plácido y puntual.
Tras el aterrizaje, se despachó una ambulancia directamente a la escalerilla del avión para asistir a la tripulación herida. Tras varios minutos, se permitió a los pasajeros desembarcar, en un momento en el que las operaciones en Palma ya se veían afectadas por retrasos meteorológicos por todo el Mediterráneo, particularmente en Cataluña.
El sistema tormentoso se desplazaba hacia el este sobre el Mediterráneo el domingo por la tarde-noche y se preveía que alcanzase Mallorca en la madrugada. Se cree que las condiciones meteorológicas adversas fueron un factor clave en el incidente, el cual transformó un vuelo rutinario en una experiencia aterradora tanto para la tripulación como para los pasajeros.