Voto de Censura Fallido en San Fulgencio Desata una Tormenta Política y Legal

El movimiento fue liderado por el Partido Socialista (PSOE) con el apoyo crucial de Alain Franz Vandenbergen

Lo que se esperaba fuera un día decisivo en la política local de San Fulgencio terminó en caos y controversia, cuando una moción de censura para destituir al alcalde José María Ballester (Partido Popular, PP) fue suspendida abruptamente el miércoles 18 de junio.

Justo antes del pleno, Alain Franz Vandenbergen, un concejal que rompió filas con el Partido Independiente por las Naciones, explicó que impulsó el cambio político porque los desarrollos urbanísticos habían sido abandonados, pese a las promesas del PP. Mencionó el fracaso en mantener los sistemas de alcantarillado—ahora plagados de cucarachas—y la falta de personal médico en esas zonas como razones clave.

Vandenbergen señaló que San Fulgencio tiene unos 14.000 habitantes, con cerca de 12.000 viviendo en 9.200 hogares dentro urbanizaciones—mayormente extranjeros, sobre todo británicos—y otros 2.000 en el casco urbano y alrededores rurales.

La moción, impulsada por el PSOE con el apoyo decisivo de Vandenbergen, buscaba remover a Ballester e instalar al portavoz socialista José Sampere como alcalde. La votación, que generó gran expectativa local, llenó el ayuntamiento con un público muy participativo y vocal.

Sin embargo, el drama político dio un giro inesperado durante la formación de la mesa de edad (panel temporal que dirige la sesión), compuesta por los miembros más jóvenes y mayores del pleno. Antes de debatir la moción, el PP presentó un informe legal cuestionando su legitimidad.

Según Ballester, el problema radicaba en el estatus de Vandenbergen: presentó la moción como concejal "no adscrito", pero el PP argumentó que esto jamás se ratificó en sesión plenaria previa, invalidando la moción.

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Aunque el secretario general del ayuntamiento luego confirmó que el informe no justificaba bloquear la votación, la presidenta de la mesa—una edil del PP—suspendió unilateralmente la sesión y abandonó el hemiciclo, seguida por los demás populares.

La suspensión desató indignación en la oposición. José Sampere, que aspiraba a ser alcalde, anunció acciones legales, acusando a la presidenta de "prevaricación".

Ballester negó delito alguno, sugiriendo que el asunto solo podía resolverse vía contencioso-administrativo. Además, recordó que la ley española solo permite una moción de censura por legislatura—impidiendo al PSOE intentar otra ahora.

En declaraciones a The Leader, el concejal socialista Darren Parmenter dijo: "Pensé que habría polémica por la moción (como huevazos o tomatazos), pero no lo que pasó. Hasta tener asesoramiento legal, solo digo que es otro día negro para San Fulgencio y la democracia en general".

Imagen cortesía de Alicante Plaza

(Typos: "fuera" por "fuese", "sobre todo británicos" sin guión)