La actriz Pepa Flores de Málaga cumple 77 años el 4 de febrero. Es conocida en toda España y América Latina como ‘Marisol’.

Probablemente lo has hecho. Enciendes la televisión durante el fin de semana, y en un canal español te recibe el rostro de una chica muy joven y bonita, cantando una canción a un nivel de decibelios que rompe cristales. La película es demasiado brillante, sobreiluminada y en colores llamativos. Es de la década de 1960 y de un tono imposiblemente optimista. Bienvenido/a a Marisol.

Pepa Flores, la joven actriz que ‘se convirtió’ en el fenómeno conocido como Marisol, nació en la ciudad de Málaga (donde aún reside) el 4 de febrero de 1948. Tomó el rol de Marisol por primera vez en 1960, en una película llamada “Rayo de Luz”. Sus padres habían firmado un contrato “exclusivo de por vida” con el productor de cine español Manuel Goyanes, y la Pepa de 12 años se convirtió en una sensación de la noche a la mañana: muy admirada, muy rica y profundamente infeliz.

En los años 60, el público no era tan cínico como lo es hoy en día. La gente era fácilmente manipulada para aceptar, e incluso entusiasmarse, con ‘conceptos’ que los magnates del espectáculo soñaban para arrebatarnos nuestro dinero (piensa en The Beatles, “Goldfinger”, “Thunderbirds”). Había muñecas de Marisol, camisetas de Marisol, pintalabios de Marisol… hizo 20 películas y en 1985 (justo a tiempo para trabajar con un joven malagueño llamado Antonio Banderas), se alejó de la fama y el dinero, nunca para regresar, al menos no como Marisol.

Recientemente, Pepa ha explicado por qué dio la espalda al estrellato.

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Circulan desde hace mucho tiempo rumores de que gerentes no identificados, queriendo que ella permaneciera como una niña porque ‘la niña con la gran voz’ era su gallina de los huevos de oro, la inyectaron con productos químicos para frenar el inicio de la pubertad. Ahora resulta que ¡Pepa sufrió mucho más abuso que eso!

“Me llevaron a un chalet para poder verme desnuda”, dice, señalando que sus ‘cuidadores’ se aseguraban de que se mantuviera separada de sus padres, sola y sin amigos. Aunque podrían haber disfrutado de su desnudez en privado, su equipo estaba ansioso por mantenerla con aspecto de niña. Si existía la posibilidad de que el público la viera, aplanaban sus pechos envolviéndola firmemente en vendajes de antemano.

Al viajar de un lugar a otro, dice que la obligaron a compartir cama con ‘Encarna’, una mujer mucho mayor, que solía golpearla. Y Encarna no tenía reparos en permitir que hombres entraran en la cama compartida. “Es tan irónico”, dice Pepa hoy, “Querían que Marisol fuera un faro de pura virginidad, un emblema de la nación cristiana de Franco, y todo el tiempo el abuso ocurría detrás de las cámaras. Aprendí más sobre el sexo en la cama de Encarna de lo que hubiera sabido si me hubiera quedado en la escuela.”

Asqueada con los medios de comunicación españoles en general, Pepa se negó a asistir a los Goya de 2020 (la versión nacional española de los Oscar), donde se suponía que recibiría un premio a toda una vida.

Ya en 1961, Columbia Pictures reconoció el talento de Pepa e intentó comprar su contrato español, pero Manuel Goyanes se negó a desprenderse de ella. “Para él solo era un activo comercial”, dice. Tan pronto como pudo, Pepa dejó de aceptar nuevos proyectos y juró nunca más interpretar a ‘Marisol’.

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Como joven adulta en la década de 1980, volvió a usar su nombre real, Pepa Flores, y comenzó a aparecer en el tipo de películas que siempre había querido hacer, películas con temas andaluces y mucho baile flamenco (“Bodas de Sangre”, “Carmen” y “El juicio de Mariana Pineda”). Fue durante el rodaje de estas producciones que conoció y bailó con el amor de su vida, Antonio Gades. Ella y la estrella del flamenco tuvieron tres hijos juntos. Gades falleció en 2004.

Hoy, en sus 70 años, Pepa vive tranquilamente en el centro de Málaga. No tiene ningún deseo de regresar a las brillantes luces del espectáculo. “Es curioso”, dice, mirando atrás filosóficamente. “Querían mostrar mi talento, pero la única forma en que podían pensar en tratarme terminó por alejarme de todo.”

The Olive Press quiere aprovechar la ocasión de su cumpleaños para desearle a Pepa felicidad, realización y una larga vida.