El año pasado, viajé más de 200,000 millas. Visité catorce países y pasé aproximadamente 150 noches fuera de mi hogar, lo que significaba sobrellevar casi una fracción de mi vida viviendo fuera de una maleta. No lo digo para presumir —estar constantemente en ruta no es algo de lo que enorgullecerse—, sino para que confíes en mi criterio cuando afirmo que sobrevivir a un horario delirante como el mío requiere contar con los embalajes adecuados.
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A lo largo de los años, he probado de todo, desde grandes maletas rodantes hasta mochilas compactas. Al final, estos son los dos compañeros que siempre encontrarás a mi lado mientras voy de una conexión a la siguiente, y lo que los distingue por encima de otras opciones.
Mission Workshop Rhake Backpack
Fotografía: Mission Workshop
Adquirí mi primera mochila de Mission Workshop en 2012. Se llamaba Arkiv, y tenía un diseño modular que me permitía expandirla según fuese necesario. Después de doce años, por fin empezó a desmoronarse. Sabía que quería otra bolsa de esta marca fabricada en EE. UU., y tras días de deliberar entre sus nuevas opciones, me decidí por el Rhake.
El Rhake no es tan configurable como el Arkiv, pero en su lugar ofrece una selección práctica de bolsillos y compartimentos integrados. Una funda para tabletas en la parte frontal permite un acceso sencillo, incluso cuando el morral está guardado debajo del asiento del avión. También hay una funda acolchada con cierre para mi portátil Lenovo X1 Carbon de 14 pulgadas, y un compartimento principal de 22 litros para objetos más voluminosos.
Sin embargo, el almacenaje característico del Rhake son sus dos secciones laterales con cremallera. La de la derecha despliega un bolsillo desmontable, donde guardo mi adaptador de corriente internacional y los cables de carga. El otro lado tiene varios bolsillos planos ideales para mi pasaporte, tarjetas de viaje, una pequeña libreta y un mosquetón para las llaves de mi apartamento. Incluso hay un portabotellas que se oculta discretamente detrás de una cremallera.
Fotografía: Tim Stevens/The Guardian
¿La mejor parte? Una vez que todo está cargado, puedes ajustar las dos correas que recorren horizontalmente la mochila, dándole al Rhake un perfil discreto y compacto a pesar de su capacidad.
Invertí más para conseguir el modelo confeccionado en tela Polyant VX-21 impermeable, inspirada en la lona de velero. Esto, unido a la solidez de la construcción, significa que quedar atrapado bajo la lluvia no supone un problema. A $545 en su versión equipada, el Rhake no es precisamente económico, y tampoco es perfecto. La correa que asegura la apertura superior es demasiado larga y su cierre es engorroso (reemplacé el mío con una hebilla magnética Fidlock). También preferiría que el acceso al portátil fuese vertical (resulta complicado en asientos económicos estrechos), pero esta mochila ha demostrado ser una gran compañera. Y, con su garantía de por vida, espero que me acompañe durante mucho tiempo.
Mission Workshop Rhake Backpack
$435 en Mission Workshop
Tumi 19 Degree Aluminum International Carry-On
Fotografía: Tumi
Mi maleta fue una indulgencia, pero considerando que paso más tiempo trasladando este equipaje por aeropuertos internacionales que manejando mi auto o montando mi bicicleta de carreras de fibra de carbono, decidí ir a por ella. Y me alegro de haberlo hecho.
El 19 Degree se encuentra entre los modelos de equipaje de mano de más alta gama de Tumi, y tiene un aspecto millonario. La compañía claramente apuntaba a competir con maletas premium como las de Rimowa, y en mi opinión, las superó a todas.
El 19 Degree está fabricado en aluminio rígido, anodizado en negro en mi caso. Tras todos esos vuelos, una buena parte de ese acabado se ha rayado, pero eso solo le da más carácter. Al comprar una maleta, es crucial elegir una que envejezca con gracia, porque sin duda va a sufrir desgaste.
Fotografía: Tim Stevens/The Guardian
Elegí el tamaño de mano internacional, que se ajusta casi a la perfección a las recomendaciones globales, por lo que rara vez tengo que facturarla. En uno de mis primeros viajes, un agente de puerta italiano, contrariado, insistió en que era demasiado grande para caber y exigió que la verificara. En su lugar, me acerqué a una de esas plantillas de medida. El Tumi encajó con apenas un milímetro de margen, silenciándolo al instante y ganándose un lugar de 22x14x9 pulgadas en mi corazón.
Fotografía: Tim Stevens/The Guardian
Me encantan sus robustas cerraduras de estilo candado y sus mangos cómodos, pero mi característica favorita es su rodaje. Se desliza con tal suavidad que a menudo me dejo llevar mientras cruzo la terminal. El 19 Degree rueda fielmente a mi lado; no necesita motores sofisticados ni seguimiento por GPS.
He tenido mi 19 Degree durante siete años, y no puedo afirmar que haya sido siempre perfecta. En 2021, una de las cerraduras se atascó, dejando mi ropa atrapada dentro. Tras algo de forcejeo, logré rescatar mis trajes, corbatas y otras prendas formales. Tumi reemplazó la maleta sin coste alguno por un modelo más nuevo con cerraduras actualizadas. No he tenido ningún problema desde entonces.
Entiendo que los $1,295 representan una inversión considerable. Para una opción más amigable con el presupuesto, considera la versión en policarbonato. Ofrece el mismo aspecto y funcionalidad en un diseño tres libras más ligero y $500 más económico, aunque carece de esas cerraduras robustas con resorte.
Tumi 19 Degree Aluminum International Carry-On
$1,295 en Tumi
El Rhake incluso se desliza perfectamente sobre el mango de mi 19 Degree, ahorrándome la espalda cuando está particularmente cargado. Si me ves caminando a buen ritmo por la terminal, este combo es seguramente lo que verás a mi lado. Han sobrevivido a numerosos viajes alrededor del mundo, y ojalá les queden muchos más por venir.
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Tim Stevens es un periodista especializado en automoción y tecnología con más de 25 años de experiencia cubriendo todo, desde teléfonos inteligentes hasta superdeportivos. Sus análisis expertos han aparecido en numerosos medios nacionales e internacionales, incluyendo prensa escrita, digital y televisiva. Cuando no viaja, es un ciclista entusiasta, deportista, aficionado a los coches y amante de la vida al aire libre.
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