Grecia ha comenzado a implementar nuevas restricciones de viaje para combatir el denominado ‘overtourism’, lo cual afectará potencialmente a los turistas británicos que visiten destinos populares como Atenas y las islas Cícladas.
Estas medidas, que siguen el ejemplo del ayuntamiento de Málaga, pretenden aliviar la presión sobre las infraestructuras locales, el mercado inmobiliario y los recursos, los cuales se han visto tensionados por el elevado flujo de visitantes, particularmente del Reino Unido, uno de los principales mercados emisores de turismo hacia Grecia.
El Parlamento Helénico se está enfocando en zonas de alta demanda como Atenas, Santorini y Mykonos, donde se alega que el exceso de turismo ha provocado saturación, el incremento de los precios de la vivienda y escasez de alojamiento para la población local, una queja común en toda Europa. Una iniciativa clave incluye la prohibición de nuevas licencias de alquiler vacacional en estas regiones, afectando a plataformas como Airbnb. Esto podría limitar las opciones de alojamiento para los turistas británicos, quienes podrían enfrentarse a costes más elevados o menos disponibilidad en estos destinos tan codiciados. El gobierno también estudia imponer restricciones a nuevos desarrollos hoteleros para gestionar el crecimiento turístico y cumplir con sus compromisos medioambientales.
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Menos opciones vacacionales para los turistas británicos que viajen a Grecia
Las medidas reflejan los esfuerzos de Grecia por equilibrar su pujante industria turística, un motor económico crucial, con las necesidades de los residentes, quienes enfrentan alquileres en ascenso y congestión. El reciente aumento de visitantes, impulsado por las aerolíneas de bajo coste y las plataformas de reserva online, según se afirma, ha tensionado los recursos locales y ha mermado la calidad de la experiencia turística, con mayores tiempos de espera y lugares abarrotados.
Se sugiere que los vacacionistas británicos aseguren sus reservas con antelación y se mantengan informados sobre estos desarrollos, o que consideren destinos alternativos, como pueblos más pequeños o áreas rurales, para experimentar una Grecia más auténtica y menos masificada. Estas áreas pueden ofrecer una forma sostenible de disfrutar del encanto griego evadiendo las presiones de la aglomeración.