El Grupo de Operaciones de Vigilancia Radiológica Ambiental (GOVRA) de la Armada Española se encuentra en Palma desde que el USS Gerald R. Ford arribara el pasado viernes.
Ocho miembros del grupo, con base en Cartagena, se han instalado en la base naval de Portopi y están recibiendo apoyo de unidades locales para realizar análisis de posibles fugas radiactivas y de cualquier otro tipo de contaminación.
Se trata de un procedimiento habitual que se activa siempre que los puertos españoles acogen buques de propulsión nuclear de la OTAN. Palma es uno de los puertos designados para ello, junto con Cartagena, Algeciras y Rota.
Según los datos preliminares, los análisis no han detectado fugas ni contaminación significativa en el mar o en playas como la de Can Pere Antoni.
Aunque el despliegue del GOVRA para estos controles rutinarios es lo normal, también ha sido requerido tras accidentes. Un ejemplo destacado ocurrió en julio de 2016, cuando el submarino nuclear HMS Ambush colisionó con el buque mercante MV Andreas en las proximidades de Gibraltar.
Hace veinticinco años, el GOVRA también intervino en la Bahía de Algeciras durante un periodo de tensiones diplomáticas entre España y el Reino Unido a raíz del episodio del HMS Tireless. En mayo de 2000, el Tireless sufrió una grave fisura en el circuito primario de refrigeración de su reactor nuclear, si bien no se produjo ninguna fuga de material radiactivo. El submarino permaneció en Gibraltar durante un año mientras se ejecutaban las labores de reparación.
