El operativo estival de rescate en las playas de Torremolinos, Málaga, finalizó el 30 de septiembre con un balance encomiable: cero víctimas mortales a lo largo de toda la temporada, a pesar de los cerca de 700 incidentes gestionados por el servicio especializado de rescate costero.
En funcionamiento desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre, el servicio de rescate y socorrismo registró 692 intervenciones durante esos meses. Las incidencias más frecuentes estuvieron relacionadas con heridas (217 casos), picaduras de medusa (172) y lesiones por peces araña (34).
En total, el equipo ejecutó 47 rescates acuáticos –todos ellos con desenlace favorable, sin ahogamientos ni víctimas graves–. Asimismo, se realizaron 592 traslados sanitarios a centros de salud para su valoración a lo largo del verano.
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Un aspecto destacable de la temporada fué la inclusión de 393 actuaciones vinculadas a los puntos de baño accesible para personas con discapacidad –una muestra de los esfuerzos orientados hacia una seguridad playera inclusiva–.
La seguridad, primordial
El dispositivo de rescate en Torremolinos fue considerable. Se desplegaron alrededor de 40 profesionales, con 11 torres de observación fijas equipadas para primeros auxilios como principales puntos de vigilancia. Una motora de rescate acuático, dos motos de agua y una ambulancia in situ formaban parte de la flota.
La capacidad médica se vió reforzada por dos puestos de enfermería permanentes, cada uno dotado con personal cualificado y material de primeros auxilios. Un vehículo de intervención rápida, que transportaba material médico esencial, contribuyó a la respuesta ante emergencias.
Para mejorar la coordinación y la concienciación, el servicio también operó un sistema de videovigilancia en tiempo real en las playas, permitiendo el monitoreo tanto de los niveles de afluencia como de las condiciones del mar. En aras de una mayor accesibilidad, el servicio municipal también implementó un sistema gratuito de localización mediante pulseras para menores y personas con discapacidad durante la temporada.
Otra innovación incluyó banderas de estado del mar con identificadores diseñados para personas con deficiencia en la visión del color, facilitando que todo el mundo comprendiera las señales de peligro.
Agradecimiento a todos los implicados
La Concejalía de Playas subrayó su agradecimiento a los operadores playeros y a los servicios de hamacas por contribuir a mantener la tranquilidad durante un verano muy concurrido.
«Finalizamos el servicio especial de socorrismo y lo hacemos con la mejor de las noticias, sin fallecimientos en nuestro litoral», declaró el Concejal de Playas, quien alabó «la labor realizada por el dispositivo de seguridad implantado este estío, cuyo esfuerzo y dedicación han contribuido al exitoso desarrollo de la temporada de baño».
La combinación de la cobertura tradicional de socorristas, la preparación médica, la vigilancia, las características de inclusión y el soporte tecnológico parece haber dado sus frutos —en buena medida porque la temporada concluyó sin tragedias—.
De cara al próximo año, las autoridades locales evaluarán sin duda las lecciones aprendidas, particularly en la gestión de incidentes comunes como picaduras y lesiones menores, manteniendo siempre en el corazón de su misión esa métrica fundamental: ninguna vida perdida.
