El anuncio del presidente Nicolás Maduro se produce en un contexto en el que la nación enfrenta una intensa disputa territorial y una extendida presencia militar internacional en la región.
El mandatario venezolano Nicolás Maduro anunció el despliegue de más de 5.000 sistemas portátiles de defensa aérea (MANPADS) Igla-S de fabricación rusa en emplazamientos estratégicos a lo largo del territorio nacional.
Según sus declaraciones, la medida tiene por objeto respaldar la seguridad nacional, la soberanía y la paz.
El Jefe de Estado recalcó que este despliegue busca “garantizar la paz, la estabilidad y la tranquilidad de nuestro pueblo”.
Aseguró, además, que estos sistemas se encuentran desplegados “hasta en el último monte” y “en la última aldea”, lo que garantiza una cobertura territorial integral.
Dirigiéndose a los potenciales adversarios, el Presidente Maduro sentenció: “El que entiende, entiende”, subrayando así la disposición de Venezuela para defender su soberanía.
Igla-S: Efectividad a corto alcance
El Igla-S, de origen ruso, es un sistema de defensa aérea portátil sumamente eficaz, diseñado para neutralizar aeronaves y drones que operan a baja altura.
El proyectil 9K338 Igla-S posee un calibre de 72 milímetros, con un alcance efectivo de 6.000 metros y es capaz de alcanzar velocidades de hasta 1.440 kilómetros por hora.
Maduro también puso de relieve que Venezuela cuenta con “miles de operadores” adiestrados en el manejo de estos sistemas, lo que convierte al país en “una estado inexpugnable”.
Capacidades de defensa aérea escalonada
Los sistemas Igla-S constituyen un componente de una arquitectura de defensa aérea más amplia y de múltiples capas.
Dicha arquitectura incluye el sistema de misiles tierra-aire S-125 Neva/Pechora, cuyo alcance efectivo se extiende hasta los 15.000 metros.
Para hacer frente a amenazas de largo alcance, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana opera además el sistema de misiles S-300, también de fabricación rusa, capaz de interceptar aeronaves y misiles enemigos a distancias comprendidas entre 45 y 90 kilómetros, y a velocidades superiores a los 6.000 kilómetros por hora.
Como complemento a este formidable sistema, se despliega el sistema de misiles tierra-aire Buk-M2, que proporciona una defensa móvil y versátil contra una variedad de amenazas aéreas.
Estas capacidades antiaéreas avanzadas incrementan significativamente la capacidad de Venezuela para proteger su espacio aéreo y sus activos estratégicos de un eventual ataque.