Norberto Paredes
BBC News Mundo
Getty Images
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, podría preguntarse quiénes son sus verdaderos amigos.
Su dependencia de sus dos principales aliados, China y Rusia, antes muy sólida, ahora parece cada vez más incierta.
Durante años, ambos países apoyaron al gobierno socialista de Venezuela política, financiera y militarmente. Esta relación comenzó bajo el ex-presidente Hugo Chávez, mentor y predecesor de Maduro.
Pero los expertos dicen que ese apoyo ahora parece ser mayormente simbólico, con declaraciones a su favor en lugar de ayuda militar o financiera concreta.
Este cambio ocurre mientras Estados Unidos ha desplegado fuerzas aéreas y navales, incluyendo un submarino nuclear, aviones espía y 15,000 soldados, en el Caribe.
EE.UU. ha realizado ataques contra barcos en la región que, según alega, trafican drogas, causando más de 80 muertes. Además, recientemente confiscó un buque petrolero cerca de la costa de Venezuela. La administración del presidente Trump dice que el despliegue militar y los ataques tienen como objetivo el narcotráfico, y que el buque estaba sancionado. Pero muchos expertos, y el propio Maduro, creen que el verdadero objetivo de Washington es un cambio de régimen.
Entonces, en la hora de mayor necesidad del presidente venezolano, ¿qué ha cambiado?
El profesor Fernando Reyes Matta, director del Centro de Estudios de China de la Universidad Andrés Bello en Chile, argumenta que Venezuela se ha convertido en una prioridad mucho menor tanto para Pekín como para Moscú, especialmente desde que el presidente Donald Trump volvió a la Casa Blanca.
"No hay razón hoy para que Rusia o China se jueguen todo defendiendo a Venezuela, dados sus otros problemas, como la guerra de Rusia en Ucrania y China intentando coexistir internacionalmente con el presidente Trump", dice.
Desde la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania en 2022, Moscú ha destinado enormes recursos al conflicto, tensionando sus finanzas y su ejército. También ha enfrentado sanciones occidentales masivas.
Esto deja menos recursos para aliados que antes se beneficiaban del apoyo del Kremlin, dice el profesor Vladimir Rouvinski, director del Laboratorio de Política y Relaciones Internacionales (PoInt) de la Universidad Icesi en Colombia.
Siria e Irán, aliados tradicionales de Moscú en Medio Oriente, han enfrentado un destino similar recientemente.
"Rusia no arriesgará recibir más sanciones de las que ya tiene, y China no arriesgará que le impongan más aranceles por defender a Maduro", explica el profesor Rouvinski.
Según The Washington Post, Maduro habría pedido asistencia militar a China y Rusia a finales de octubre.
El viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Ryabkov, dijo "apoyamos a Venezuela, así como ella nos apoya a nosotros", mientras instaba a la administración Trump a evitar escalar la crisis, según medios rusos. Tras la incautación estadounidense del buque petrolero, el Kremlin dijo que Putin llamó a Maduro para afirmar su apoyo. Pero hasta ahora, Moscú no ha proporcionado ayuda material concreta.
Getty Images
Putin y Maduro se reunieron en Moscú en mayo de 2025. Rusia ha proporcionado apoyo militar a Venezuela durante años.
Al igual que Moscú, Pekín no ha mostrado señales de que defendería militarmente a Venezuela, sino que ha condenado lo que llama "interferencia externa" y ha pedido moderación.
Los expertos dicen que China defendiendo a Maduro podría poner en riesgo avances diplomáticos recientes entre Pekín y Washington, ofreciendo poco más que alineación ideológica.
Las relaciones entre EE.UU. y China han estado particularmente tensas desde que Trump impuso aranceles a múltiples países. Pero una reunión entre Trump y Xi Jinping en Corea del Sur a finales de octubre, descrita como positiva por ambos lados, abrió la puerta a nuevos acuerdos y a una reducción de aranceles para ciertos productos.
Según los expertos, el colapso económico de Venezuela y el deterioro de su industria petrolera han desalentado aún más el apoyo chino. Pekín ha reducido los nuevos préstamos en los últimos años y ahora se centra principalmente en recuperar los créditos pasados.
"Creo que China está dispuesta a negociar con cualquier gobierno que eventualmente reemplace a Maduro, y cree que apoyarlo demasiado ahora podría traer consecuencias negativas cuando el régimen caiga", dice el profesor Rouvinski.
Getty Images
Venezuela ha comprado equipamiento militar chino por valor de cientos de millones de dólares desde 2005.
El profesor Reyes Matta no cree que "ninguno de los dos países esté dispuesto a apoyar a un régimen que tiene tan poco apoyo interno".
"Además, tanto Rusia como China saben que las últimas elecciones presidenciales tuvieron características fraudulentas muy evidentes."
Las elecciones de julio de 2024 estuvieron marcadas por graves acusaciones de fraude. El Consejo Nacional Electoral (CNE), dominado por aliados del gobierno, proclamó a Maduro ganador pero no proporcionó resultados detallados, a diferencia de elecciones anteriores. La oposición, liderada por la ganadora del Premio Nobel de la Paz de este año, María Corina Machado, publicó registros electorales que sugieren que ganó el candidato opositor Edmundo González.
"Esta vez, Maduro está completamente solo", dice el profesor Rouvinski, quien cree que el tiempo de Maduro "se acaba".
"Rusia y China pueden seguir criticando la intervención estadounidense, pero no están dispuestos a ir más allá. El apoyo que tenía en el pasado ya no está ahí en términos reales, más allá de ciertas declaraciones retóricas."
Reportaje adicional de BBC Global Journalism. La pandemia, sin duda, cambió nuestro mundo drásticamente. Antes de 2020, la idea de trabajar desde casa o de tomar clases online era algo raro para la mayoría. Ahora, es una parte normal de la vida. Muchas personas se dieron cuenta que podían ser igual de productivas en casa, evitando el tiempo perdido en el tráfico. Aunque extrañamos el contacto humano, la tecnología nos ayudo a mantenernos conectados con familiares y amigos. Algunas cosas, como ir a la oficina o a la universidad, ya no serán exactamente igual. Es un cambio profundo que llegó para quedarse.
