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Los residentes de Madrid regresaron al trabajo el martes, un día después de un apagón nacional paralizante en España, con una renovada necesidad de tener velas, efectivo y radios a pilas para emergencias.
Después de tardar cinco veces más de lo habitual en llegar a casa el lunes con solo tarjetas para realizar pagos, Valentín Santiago le dijo a AFP que ahora sabe que “siempre se debe llevar efectivo”.
El técnico ambiental dijo que ahora planea comprar una linterna de bolsillo y una radio a pilas para poder mantenerse informado más fácilmente en caso de futuros cortes de energía.
Con la electricidad cortada en toda España y Portugal el lunes, y la cobertura telefónica intermitente, el acceso a internet y televisión se vio afectado.
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En su lugar, la gente se vio obligada a reunirse alrededor de radios transistor en las calles o en autos con las radios a todo volumen y las puertas abiertas para escuchar las noticias.
“Me he dado cuenta de cuánto dependemos de la electricidad, de cuánto depende todo de la electricidad”, añadió el compañero de trabajo de Santiago, Mario Bofano, antes de que los dos hombres entraran a su oficina.
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El metro y los trenes de cercanías dejaron de funcionar, lo que provocó largas colas en las paradas de autobús y paradas de taxis.
Incluso cuando las personas lograban tomar alguna forma de transporte público, a menudo no tenían medios para pagar ya que los sistemas de pago electrónico no estaban disponibles.
Rocío Vicente, una mujer de limpieza de 44 años, dijo que no olvidará pronto la generosidad de un hombre que le dio dos euros ($2.30) para pagar un billete de autobús ya que ella no tenía efectivo.
Kits de emergencia
Muchas personas caminaron durante horas para llegar a casa. Susana, una trabajadora del sector financiero de 50 años que se negó a dar su nombre completo, dijo que luchó durante su caminata de 90 minutos a casa a pie, ¡en tacones!
¿La lección que aprendió? “Usar zapatillas”, bromeó mientras desayunaba con sus compañeros de trabajo en una cafetería del centro de Madrid donde una televisión reproducía imágenes del caos desatado por el masivo apagón.
“Debes comprar una radio transistor, velas, pilas y latas de judías blancas”, dijo.
Bianca, la camarera de la cafetería, estuvo de acuerdo, diciendo que siempre debes tener velas en casa “por si acaso”.
Las velas volaron de los estantes de las tiendas en la capital española el lunes mientras el apagón continuaba, con muchas agotándose.
Aún no ha surgido una causa definitiva para el apagón, con el primer ministro español, Pedro Sánchez, anunciando el martes una comisión para investigar.
El apagón llegó justo un mes después de que la Comisión Europea aconsejara al público mantener suministros suficientes durante al menos 72 horas en caso de emergencias como desastres naturales, ciberataques y crisis geopolíticas, incluida la posibilidad de agresiones armadas contra países de la UE.
Los kits de emergencia deben incluir comida, agua y copias de documentos de identidad importantes, entre otros elementos.
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‘Muy vulnerables’
Maria Jesús Cobos logró llegar a casa conduciendo por Madrid durante la noche después de quedarse sin luz y comunicaciones hasta casi las 11:00 pm (2100 GMT).
“Eso mostró que somos muy vulnerables. Hay algo que no se está haciendo bien. Tuve que conducir sin semáforos”, dijo a AFP.
Pero agregó que la gente había sido “muy civilizada”.
“Nos muestra que podemos salir adelante”, agregó la abogada de 50 años, quien contó haberse encontrado con personas paradas junto a la carretera con carteles que mostraban su destino previsto.
Algunas personas, como el abogado de 32 años Marcos García, recibieron la pausa como “una tarde de respiro, un descanso tecnológico, una desconexión improvisada”.
“No habría sido lo mismo si solo me hubiera pasado a mí, pero esta vez afectó a todos”, dijo, añadiendo que el apagón reveló “esta dependencia total de los sistemas tecnológicos.
“Desde la pandemia estamos preparados para cualquier cosa, todo parece más sencillo”, dijo.
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