La ministra de Sanidad, Manuela García, confirmó hoy, jueves, que las Islas Baleares han entrado en fase de epidemia gripal, con una tasa de 37,3 contagios por cada 100.000 habitantes, por lo que ha recomendado el uso de mascarillas tanto a personas sintomáticas como a los profesionales sanitarios. Así lo expuso en rueda de prensa en Palma, donde detalló que el pico de la epidemia se prevé durante las fiestas navideñas e incidió en la necesidad de vacunarse.
“Todas las medidas que aprendimos durante la COVID siguen siendo absolutamente vigentes”, afirmó García, quien además señaló que se desconoce la razón por la cual la llegada de la epidemia de virus respiratorios se ha adelantado cuatro semanas al calendario habitual, un hecho que no ocurría desde hacía varios años. Respecto a la cepa de gripe dominante, la ministra explicó que la AH1N1 es la más extendida en la región y está cubierta por las vacunas que se están empleando para inmunizar a la población.
El Documento Marco nacional de Recomendaciones para el Control de las Infecciones Respiratorias Agudas (IRAs) aprobado el miércoles establece una serie de medidas a adoptar en función de la intensidad de los contagios, entre las que figura el uso de mascarilla cuando se presenten síntomas, así como en hospitales y residencias de mayores.
La Comisión de Salud Pública ha logrado consensuar un nuevo plan después de que la Comunidad de Madrid presentara su propio documento de recomendaciones, que fue debatido en la reunión. Ahora, debe redactarse el texto final con las enmiendas acordadas, que, según fuentes del organismo, apenas alteran la propuesta original.
“Hemos aprobado un protocolo común con todas las comunidades autónomas para hacer frente a la gripe, la COVID-19 y otras infecciones respiratorias. El teletrabajo y las mascarillas en centros sanitarios salvan vidas. Dijimos que era necesario y posible. Y lo hemos conseguido”, declaró la ministra de Sanidad, Mónica García, en sus cuentas de redes sociales.
Cuatro escenarios de riesgo
El nuevo plan define cúatro escenarios de riesgo en función de diversos indicadores, que se extraen de la información facilitada por distintas fuentes: el Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (Sivira), junto con la información del sistema de monitorización de la mortalidad diaria (MoMo), la cobertura vacunal del Sistema de Información sobre Vacunaciones (Sivamin) y los datos sobre ocupación hospitalaria y en UCI.
Los cuatro escenarios son: situación interepidémica o basal; epidemia de nivel bajo o medio; epidemia de nivel alto; y epidemia de nivel muy alto, los cuales se determinarán por los niveles de transmisibilidad detectados, junto con la evaluación del resto de indicadores y el análisis del impacto sobre los recursos sanitarios y la población susceptible.
Cada escenario conlleva una serie de medidas, que deberán implementarse de forma escalonada y progresiva, de modo que en cada nivel también estén vigentes las recomendaciones de los niveles anteriores. No obstante, existe una serie de recomendaciones generales para todos ellos, que incluyen el uso de mascarillas quirúrgicas cuando se presenten síntomas, especialmente si se va a tener contacto con personas vulnerables, o la reducción de las interacciones sociales en dichos casos.
Otras recomendaciones comprenden la elaboración y difusión de las recomendaciones de vacunación, el mantenimiento y fortalecimiento de los sistemas de vigilancia, la formación del personal sanitario y no sanitario, y la revisión de los planes de contingencia en centros sanitarios y sociosanitarios para garantizar la continuidad asistencial, la ventilación adecuada de los espacios y la higiene respiratoria y de manos. Estas medidas deberán comunicarse activamente a la ciudadanía mediante materiales informativos accesibles.
