Las violentas escenas que forzaron la cancelación de la gran final de la Vuelta a España han desatado una agria disputa política en España, después de que el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, pareciera brindar su apoyo a los manifestantes pro-palestinos que interrumpieron el evento y agredieron a la policía.
Unos 22 agentes policiales resultaron heridos en violentos enfrentamientos cuando algunos manifestantes, muchos de ellos ondeando banderas palestinas, derribaron vallas y lanzaron botellazos, mientras que las fuerzas de seguridad respondieron con porras y gases lacrimógenos.
Finalmente, la última etapa de 104 km del domingo fué cancelada con más de 55 km por disputar, después de que unos 100.000 activistas se concentraran en Madrid para protestar contra la participación del Israel-Premier Tech, un equipo propiedad de un empresario israelí-canadiense y respaldado públicamente por el primer ministro israelí Binyamín Netanyahu. Su presencia ha generado una serie de protestas y altercados a lo largo de las tres semanas que duró la carrera.
Hablando en Málaga el domingo por la mañana, Sánchez declaró a una multitud: “Hoy finaliza la Vuelta y mostramos nuestro absoluto respeto y reconocimiento por los atletas.
“Pero también nuestra admiración por el pueblo español que se moviliza por causas justas como Palestina. Hoy España brilla como ejemplo y como motivo de orgullo. Es un ejemplo para la comunidad internacional al dar un paso adelante en defensa de los derechos humanos”.
Estos comentarios fueron rápidamente aprovechados por la oposición conservadora del Partido Popular (PP), que acusó a Sánchez de sembrar la semilla del desorden que obligó a los organizadores a abandonar la gran final de la Vuelta.
Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, declaró que el presidente y líder del PSOE estaba “orgulloso del comportamiento de esas pocas personas que mostraron su apoyo a Gaza lanzando vallas contra agentes de la Policía Nacional”.
Añadió: “Defiendo la libertad de expresión, siempre que no conlleve violencia o disturbios. El gobierno ha permitido e inducido la no finalización de la Vuelta, y por tanto, una vergüenza internacional que fue televisada a todo el mundo”.
Isabel Díaz Ayuso, la combativa alcaldesa de Madrid del PP, se unió a las duras críticas al acusar a Sánchez de incitar a la violencia contra la policía de la ciudad.
“Cuando el presidente del gobierno anima al boicot de la Vuelta a España en su propia capital, se convierte en directamente responsable de cada incidente que ocurra, ya sea que la carrera se pare o haya un solo asalto”, afirmó.
“¡Qué daño a nuestro prestigio y a nuestro país!”
Santiago Abascal, líder de la ultraderecha de Vox, acusó a Sánchez de “incitar y aplaudir el terrorismo callejero contra la policía, contra los ciclistas y contra las familias”.
Escribiendo en X, Abascal añadió: “Hace solo un año dije que lo peor de Sánchez estaba por llegar, y aquí está: Va a promover la violencia terrorista contra los españoles. Y no se detendrá hasta que lo llevemos al banquillo junto a su mujer, su hermano, su fiscal y sus compinches de la mafia socialista”.
Los comentarios de Sánchez también fueron criticados por el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Gideon Sa’ar, quien recurrió a las redes sociales para tildar a Sánchez y su gobierno de “una vergüenza para España”.
Esta agria guerra de palabras llega apenas una semana después de que Sánchez desvelara un paquete de nueve medidas diseñadas para forzar a Netanyahu a detener su brutal ofensiva militar en Gaza.
El presidente español declaró: “Lo que el primer ministro Netanyahu presentó en octubre de 2023 como una operación militar en respuesta a los horribles ataques terroristas ha terminado convirtiéndose en una nueva ola de ocupaciones ilegales y un ataque injustificable contra la población civil palestina – un ataque que el relator especial de la ONU y la mayoría de expertos ya describen como un genocidio”.
“Proteger tu país y tu sociedad es una cosa, pero bombardear hospitales y matar de hambre a niños y niñas inocentes es algo completamente distinto.
Eso no es defenderse, ni siquiera es atacar. Es exterminar a un pueblo indefenso. Es romper todas las normas del derecho humanitario”.
Entre las medidas anunciadas por Sánchez “para parar el genocidio en Gaza” se incluye una ley que formaliza la prohibición actual de venta o compra de equipamiento militar con Israel, y la prohibición de usar puertos o espacio aéreo español para transportar combustible o armas para el ejército israelí.
“Sabemos que todas esas medidas no serán suficientes para detener la invasión o los crímenes de guerra”, añadió Sánchez. “Pero esperamos que sirvan para sumar presión al primer ministro Netanyahu y su gobierno, para aliviar parte del sufrimiento de la población palestina, y para hacer saber a los españoles que su país estuvo en el lado correcto de la historia en uno de los episodios más infames del siglo XXI”.
Los comentarios de Sánchez provocaron la ira de figuras destacadas del gobierno de Netanyahu, que acusaron al presidente socialista de “antisemitismo” y “corrupción”.
En respuesta, el gobierno israelí anunció que prohibiría la entrada a Israel a la ministra de Juventud, Sira Rego, y a la vicepresidenta Yolanda Díaz debido a sus críticas hacia su actuación en Gaza.
